cuando me llegue la hora
de estirar la pata
voy a hacer como los gatos
que se meten en su escondite favorito
y no vuelven a salir de ahí ni que los maten
para que nadie los vea mientras se los está cargando la chingada
para que nadie los oiga
para que nadie sepa si en efecto finalmente murieron
o emigraron o los abdujo un ovni
para que nadie vaya y les pregunte ¿cómo estás, lindo gatito?
¿te sientes bien?, ¿te puedo ayudar?
¿quieres que llame al puto doctor?
¿quieres que te haga un puto caldito de pollo con verduras?
puede que muera de infarto, es cierto
o que me caiga borracho por las escaleras y me rompa la madre
o puede que al cruzar la calle me aplaste un camión
una muerte repentina, inesperada
y que entonces por lo tanto mi cuerpo quedase a merced de extraños
y así yo no pudiera impedir que hiciesen conmigo lo que les diera su chingada gana
que me metieran en un puto cajón, lo más probable
de esos de madera acartonada que regala el ayuntamiento
con traje negro, corbatita y una pastilla ambientadora con olor a bosque
para contrarrestar el olor a podrido del difunto muerto
y que luego organizaran un jodido velorio donde los hijos de puta de mis parientes y conocidos
se pudieran dar el gustazo de ir a reírse en mi jeta
de ir a decirme con tonito de burla "que te vaya bien, pendejo"
"que te pudras en el infierno, pinche mamón hijo de puta"
y que después del velatorio me llevasen a la puta iglesia para la misa de réquiem
y yo tuviera que aguantar entonces todas las jodidas monsergas del padrecito
que si la gloria y la misericordia y el perdón de los pecados
que si el alma de nuestro hermano josé villa está por fin ya libre de tribulaciones
que si nuestro padre todopoderoso lo recibió con regocijo a pesar de que nuestro hermano
era en realidad un perfecto cabrón degenerado merecedor del fuego eterno
pero confío en que no ocurra eso, que la muerte no me sorprenda cagando
o durmiendo o cruzando la calle o echando un palo con isabela
confío que me mande una señal premonitoria días antes de cortar el hilo de mi existencia
como un zumbidito en los oídos, una punzada insidiosa en el lado izquierdo del pecho
un sueño recurrente cada noche en el cual aparece un ataúd
y yo me asomo por la ventanita de la tapa y veo allí dentro
a un cabrón con una jeta idéntica a la mía y la mirada perdida del que ya se lo cargó la verga
"bueno, villa", me diré entonces
"he ahí la señal que esperabas para salir cagando leches de este jodido pueblo del nabo"
como hacen los gatos, precisamente
escabullirse a donde nadie pueda alcanzarlos
tirarse de cabeza dentro de una grieta conectada con el inframundo;
así haré yo, desaparecer subrepticia, sigilosamente en medio de la madrugada
furtivo como fantomas, huyendo de mi propia vida
tomaré rumbo al cerro llevando solo unas cevezas y tabaco
y acabaré instalado en una cueva inaccesible en lo alto de la sierra madre
un vil agujero rocoso perforado en la pared de algún acantilado
donde transcurriré las noches y los días masticando peyote y teniendo visiones terroríficas
sobreviviendo a base de hierbas, lagartijas y hormigas
y enloqueciendo progresivamente hasta perder por completo la razón
entonces, ya demente y con los cables del hardware fundidos
cruzaré las puertas que conducen fuera de la realidad
y me echaré a deambular por los recintos donde perviven las formas astrales de los muertos
allí veré a jesucristo, a mi ex suegra, a fidel castro
a cleopatra, a homero, a bukoski
"hey, villa, qué chingados se te perdió por estos rumbos"
me preguntará este último, sacándose el habano de la boca
"¡soy mejor poeta que tú, hijo de la chingada, no vengas a darme pelota!"
"¡me pelas la verga, villa: he vendido 100 millones de mis libros tan solo en europa
y tú, en cambio, nunca has recibido siquiera un puto peso por la mierda que escribes!"
más adelante veré incluso a la muerte:
una mujer joven sentada en un taburete frente a la barra de un barecito en penumbras
guapa, con tacones, putifalda, top de licra resaltando sus tetas
la facha inconfundible de una puta barata
me acercaré a ella, tomaré asiento a su lado
"¿qué te tomas, beibi?", le diré
"déjate de mamadas, villa, es hora de irnos"
"eres más bella y más sensual que cualquiera de esas putas de las kardeishian, nena"
"mira, villa, es tarde ya; tu tiempo para cagarla ha expirado"
"¡me la has puesto más dura que una puta barra de tungsteno, mamasota;
podría traspasarte por el culo y partirte en dos mitades!"
"bueno, mira, ejem... hay un cuartito allá al fondo, ¿lo ves?"
murió bien enchufado a un culo, podrán poner en mi epitafio