domingo, 19 de octubre de 2025

nunca pude decirle a una mujer "te amo"

 

ahora, de viejo
me crujen los huesos, la memoria me falla
vivo solo, nadie viene a verme
salgo a la calle para ir a la tienda
y a mitad de camino tengo que sentarme
porque me pega la temblorina en las piernas
y mis rodillas se entrechocan

descanso 10 minutos, me pongo de pie
¿a dónde chingados iba?
¿qué hago aquí, por qué estoy agarrado
al tronco de este puto árbol?

regreso a mi cuchitril tratando
de recordar si me tomé las putas pastillas:
¿me tocaba ya el antibiótico?
¿la que me mantiene estable la presión?
¿la que tomo para la disfunción eréctil?
¿y para qué vergas voy a querer 
que se me ponga tiesa la ídem
si de todos modos no tengo un puto peso
para pagarme un culo?

eres un viejo pendejo, villa
andas haciendo el ridículo y arrastrando
la poca dignidad que aún conservas
trayendo pollitas al cuarto
y tirando el dinero de la mierda de pensión que te da el puto gobierno
para que te la chupen un rato y que a la mera hora
ni siquiera se te levante

-atrás quedó la época, ¡ay!
donde podía cogerme a dos al mismo tiempo
mientras pasaba el décimo nivel
de mario bros en el nintendo 64-

ahora transcurro los días
tumbado en un camastro, viendo películas pirata en internet
aplicándome emplastos de árnica en las pinches rodillas
atiborrándome de pastillas para desinflamar
la próstata, apagar
el ardor de estómago, quitarme una especie
de punzadas que me pegan en el hígado

y bajándome a tragos el contenido de una botella de whisky
cuando no me siento tan jodido y mi optimismo natural
me lleva a pensar erróneamente que quizás la causa real de mis males
sea la simple autosugestión nerviosa y que por tanto
si tomo alcohol podré relajarme y estaré de puta madre

¿cómo putas me las fui a arreglar
para acabar terminando de esta manera:
solo, enfermo, medio inválido
sin amigos, sin familia, sin siquiera una triste mujercita
que me haga compañía y me dé consuelo
en las frías y oscuras noches invernales?

¿por qué ninguna aguantó y se quedó conmigo?
¿las trataba mal, les ponía los cuernos?
¿las golpeaba, las echaba a la calle?
¿metía putas a la casa y me las cogía en su cara?

vete tú a saber

ya no recuerdo más que vagamente
algunos nombres, unas pocas caras
y que nunca fui capaz
de decir "te amo" a mujer alguna
-sencillamente nunca amé a ninguna-

¿eran quizás demasiado gordas?
¿demasiado flacas, bizcas, feas, neuróticas?
¿carecían de sentido del humor?
¿tenían el culo flojo, estrías en el abdomen, mandíbula cuadrada?
¿o coincidimos en la vida cuando ya tenían su edad
y estaban amargadas, locas de remate, inservibles
y lidiar con ellas resultaba un puto infierno?

al final, todas tenían algo y por lo tanto
nunca llenaban mis expectativas por completo
como si yo fuese un puto príncipe de algún cuento de disney
y no el jodido alcohólico que siempre fui
obseso sexual degenerado
incapaz de resignarse a coger con una sola
y al que siempre le sonaron a anuncio de peluches
esos dos vocablos -te amo-
totalmente extraños a la órbita
del léxico trasnochado y cínico de un borracho
que sólo creía en el vicio, el placer de la lujuria exacerbada
y hacer que las tipas se fueran muy de mañanita
para que verles la jeta a la cruda luz del día
no estropeara la experiencia de la noche

pero como, aun con todo y sin embargo
soy un maldito romántico empedernido
-y moriré siéndolo-
mantengo a estas alturas la creencia de que puede haber
y andará seguro por ahí -todavía indetectable-
una mujer con la cual podría congeniar

morena, joven, guapa, educada
curvilínea, con un buen par de tetas
y un culazo de puta madre
dispuesta a escuchar mis delirantes monólogos alcohólicos
escribir mis poemas al dictado, ir a la tienda por cerveza
prepararme espaguetis a la boloñesa cuando se lo pida
no cagarme por ser un puto miserable sin ambición alguna
no hacerme escarnio porque no se me para la verga, porque me baño muy de vez en cuando
por tener todavía, a pesar de todo
la estúpida pretensión de ser el último de los mohicanos, un tipo especial
llamado a figurar en los anales de la historia
por no sé exactamente qué motivo, hazaña u obra
genial, deslumbrante y revolucionaria
-al final todo lo que he hecho ha sido escribir un montón de jodidos poemas de mierda-

y es a tal punto enfermizo mi dichoso romanticismo
que incluso estoy seguro de que ella me terminará encontrando
así yo no mueva ni siquiera un dedo:
de alguna forma dará con el camino
y un día simplemente llegará a mi puerta
traspasará el umbral, caminará unos pocos pasos
hacia mi cama, probablemente yo esté ya para entonces
con un pie y la mitad del otro en la tumba
agonizante, medio zombi, conectado a un puto respirador artificial
ella me tomará de la mano, se inclinará sobre mi exangüe humanidad
-una lágrima brillará en su mejilla- acercará su boca
a mi oído, me dirá: 
¡por fin te encontré, amor mío, encanto de mi corazón!

y entonces yo moriré sabiendo que mi puta vida fue gloriosa
increíble, fantástica, perfecta

y que fui el mejor de todos y seré leyenda







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