martes, 23 de septiembre de 2025

pronóstico del tiempo para después de mediodía

 

lloverá dentro de un rato

nada del otro patio, una poca de agua

como un telón de fondo perfecto

para salir a caminar por el estanque

cerca del bosque, con chaqueta de gamuza

pantalón caqui, boina a cuadros y botas de trekking

una flor en la mano, un libro de neruda bajo el brazo

por si te cruzas con alguna pendeja soñadora

de esas que agarran la bici y se largan al campo

cuando el cielo se pone gris

creyendo que fueron ninfas en otra vida

o sacerdotisas del oráculo de tutankamón


ella te verá, registrará tu estampa

pensará que eres como ella

un alma poética o alguna mierda así

no se hará lío en parar

para hablar del día nublado

la hierba mojada, el perfume a corteza húmeda de roble que transporta el viento


y dirá que le gusta neruda

que lo lee cuando está jodida

cuando le baja

cuando el mundo le llega a parecer

un puto manicomio infernal de los cojonsios


luego la lluvia se detendrá

las nubes se abrirán, el sol pintará de oro el estanque

los árboles brillarán como si fueran de cristal

la tipa dirá que tiene hambre

que hay una fonda justo pasando el puente sobre el río


subirás en el sillín trasero de la bici

cruzarán el campo entre hierba, hojas y ramitas rotas

la abrazarás por la cintura

se te pondrá duro el rifle

y querrás tirarla de la bici

bajarle la falda

sacarte la verga y partirla en dos

que le salga por la garganta


porque, la verdad, eres un cerdo fornicador

-qué alma poética ni qué ocho cuartos-

neruda te vale verga

las estrellas titilando como el alma al rocío te valen verga

la poesía te vale verga

piensas que es cosa de maricones

de nenas idiotas que viven en narnia y no tienen ni puta

idea de lo que es la vida

de solteronas locas que conviven con un periquito y dos gatos


a partir de cierto instante

la tarde perderá su bucólico encanto

el estanque quedará oculto por un manto de bruma

la bici pegará contra una piedra

y tú y la chica caerán al suelo


a ella la falda se le subirá hasta el cuello,

dejando a la vista un coño depilado, húmedo, reluciente

ella no se tapa, al contrario, abre las piernas

se sube la blusa, se saca las tetas

te clava una mirada sucia, su lujuria es una hoguera rabiosa

te lanzas sobre ella sin dudar

la clavas al suelo como mariposa pinchada en un corcho


al anochecer soplarán ocasionales rachitas de viento frío

se oirá el croar de las ranas, el aullido de un perro o coyote

en algún lugar cercano

el libro de poemas quedará aplastado y mojado

bajo el culo tembloroso de tu amiga


"¿de verdad te gusta ese pendejo de neruda, amélie?"

"lo leí hace años, villa, ahora el que me pone un huevo es bukoski"




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