El hombre nuevo
Franken, de Paco Comet |
El hombre nuevo fue el décimo octavo experimento fallido que,
debido a los recortes de presupuesto,
a la apatía general de los promotores de la investigación,
a la incompetencia de las autoridades al cargo
y a los intereses del mercado,
fue presentado como modelo definitivo en la feria de ganado de Fleckiev.
El hombre nuevo es el resultado de varios cruces genéticos
entre distintos mamíferos, insectos y personajes históricos
cuyo resultado es extremadamente deprimente y,
sin embargo, dicen que bastante funcional.
El hombre nuevo conserva los dedos prensiles pero no camina erguido
sino en posición de genuflexión, se reproduce por partenogénesis
y se estima que puede llegar a vivir 67 años de media.
Su modo de organización social es la manada piramidal o multinivel:
una jerarquía basada en el parasitismo y en la especulación
en cuya cúspide hallaríamos, en primer lugar,
los especímenes más tercos y vagos seguidos
por la distintas dinastías de grandes propietarios;
más abajo, los elementos más hostiles y violentos,
cuyas funciones son servir, proteger, informar
y mantener el orden;
por debajo de todos ellos los recolectores, los cazadores,
los administrativos y los grupos reproductores que aseguran
la perpetuación del hombre nuevo;
en lo más bajo de la jerarquía el lumpen, las clases menesterosas,
los elementos improductivos y los artistas en general.
El hombre nuevo siente una fascinación enfermiza
por los objetivos brillantes, las luces de neón
y tiende a acumular todo tipo de basura de consumo.
El hombre nuevo está destinado a repoblar el planeta tierra
ya que los hombres viejos están en vías de extinción
a causa de las guerras químicas y biológicas,
la ferocidad de la industria de la moda
y sobretodo por su incapacidad y desinterés
por la reproducción.
Se estima que el hombre nuevo sustituirá completamente
a la vieja estirpe humana en un plazo inferior a 50 años,
cuando los últimos hombres viejos se suiciden por depresión,
apatía, aburrimiento o incluso por pura diversión.
El hombre nuevo heredará una tierra derrotada y cansada,
un mundo de cartón piedra exhausto en estado de putrefacción;
deberá reconstruir sobre sus ruinas un nuevo orden planetario
aunque los hombres viejos no albergan muchas esperanzas
ni parece que les preocupe demasiado.
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