jueves, 12 de noviembre de 2020

el regreso del hijo pródigo


 antes que el suicidado se suicidara

todo mundo pensaba que era un hijo de puta
un cabrón degenerado, un ejemplo conspicuo
de las nefastas consecuencias que el abuso del alcohol y las drogas
acarrean sobre sus consumidores
un huevón mantenido que se aprovechaba 
de la invalidez de su anciana progenitora
para quitarle la pensión y gastarse el dinero
con casquivanas y disolutas damas a las que llevaba
a vivir con él durante semanas bajo el mismo techo que aquella que le diera el ser
llegando incluso en algunas ocasiones, el asqueroso cerdo
al aberrante extremo de mandar a la pobre vieja en taxi a casa de alguna de sus hermanas
dado que el cuarto de ella era más amplio y cómodo que el suyo
-en verano podías coger más a gusto en él gracias al aire acondicionado-
y dado que además, la octogenaria mujer
solía ponerse hecha una furia y dirigir toda clase de improperios
a las invitadas de su hijo cuando estas arrojaban descuidadamente
la ceniza de sus cigarrillos encima de la alfombra persa del living
llamándolas desde "putas de mierda" hasta "perras desverijadas malparidas"
y propiciando desde luego con ello
que las susodichas se dieran a tal punto por injuriadas
que sólo pagándoles el doble de su tarifa habitual consentían en quedarse
no sin antes condicionar el otorgamiento de sus favores sexuales
a la inmediata evacuación de la ofensiva y provecta señora
-"está loca, villa; podría acuchillarme por la espalda mientras te hago una mamada"-
aberrante extremo que, unos meses antes de suicidarse
el suicidado rebasó al incurrir de plano
en el inhumano acto de recluir a la infeliz autora de sus días
-ella le echaba en cara cada vez con más frecuencia
haberse enamorado perdidamente de una tal ebony janet
fichera por horas en el maracaibo y el cama de piedra
y a la que nuestro héroe había arrancado de las garras de la perdición
prometiéndole casarse con ella y en un futuro no muy lejano comprarle casa-
recluir a la vieja, digo
en el asilo muncipal para vejestorios con alzheimer y demencia senil
no obstante conservar ella todavía una lucidez y perspicacia fuera de lo común
y la lengua más filosa que la hoja de un bisturí:
"antes por lo menos te gustaban las pendejitas anoréxicas, baboso
y solo gastabas en ellas un par de rayas de coca y para que te aflojaran las nalgas
pero ahora metiste a mi casa a esa furcia tetona con el culo más gordo que una vaca
y la muy puta ya se trajo con ella a sus dos hijos
y a ese fulano barbas de chivo que según eso es su primo
pero con el que yo la he visto cogiendo en el baño
cada vez que tú acabas noqueado por el alcohol:
siempre lo he dicho: saliste igual de pendejo y cagado que tu padre"
 
después que el suicidado se suicidara

su pobre madre, a la que el desafecto fruto de sus entrañas recluyera en el asilo municipal
tuvo que gastarse 10 mil pesos en pagarle a un loquero que certificara
que la mujer no estaba ni demente ni confusa ni fuera de órbita
gastarse además otros 30 mil en abogados y sobornos para funcionarios e inspectores
que procedieran a llevar a efecto el desalojo de sus bienes prediales
-su casa, para decirlo en términos simples-
usufructuados ilegalmente por la mentada ebony janet
femenina de aprox 40 de oficio encueratriz y fichera por horas en congales varios 
los dos menores hijos de la mencionada y un supuesto consanguíneo 
conocido por el mote de barbas de chivo y en quien recaían sospechas
de fungir en realidad como padrote de la misma
y de haber precipitado al suicidado a suicidarse
al ser sorprendido por el ahora malogrado difunto
en flagrante acto de acoplamiento anal con su presunta pariente
a la que el suicidado amaba ciertamente con toda su alma 
y a la cual por lo visto no había soportado contemplar
en trance de ser enculada hasta el fondo, apoyada en la barra de la cocina
por el tremebundo garrote del cabrón barbas de chivo;
y tuvo que acabarse gastando, en fin, la afligida anciana
3 mil pesos que era todo lo que le quedaba en el mundo
en pagar la edición de 200 ejemplares de un librito con el puñado de poemas románticos
que su suicidado hijo había ido garabateando y dejando desperdigados por acá y por allá
a lo largo de tantos años de puteadera y tomadera
y que la abnegada mujer se había tomado el trabajo de ir recogiendo y pasando en limpio
siempre que su ruin y desalmado retoño no la hubiese echado de su propia casa
en una libreta que conservaba para tal efecto:
-"que por lo menos la vida del pendejo subnormal no haya sido en vano"-
edición que, para sorpresa de todos
se agotó en una semana y dio lugar 
a la tirada de una reimpresión de 5000 ejemplares
que también volaron de las estanterías y comenzaron a cimentar la leyenda del poeta

después que el suicidado resucitara

lo primero que hizo fue volver a recluir a su madre en el asilo
lo segundo fue buscar a la ebony janet en el janitizio -la habían corrido del maracaibo por gorda-
y convencerla de volver a instalarse en casa de la vieja
junto con sus dos menores hijos y el barbas de chivo
-el suicidio, ay, no le había quitado lo pendejo a nuestro hombre-
mediante la promesa de no solo casarse con ella sino además
nombrarla gestora y beneficiaria universal de su obra poética 
-que a raíz de su suicidio y ya ni digamos de su resurrección
se había convertido en un fenómeno de ventas que te cagas-
y lo tercero dedicarse de nuevo al par de cosas que en realidad
siempre habían sido sus mayores aficiones:
vivir pegado a la puta botella y lucir unos putos cuernotes del tamaño de un edificio


moraleja

si tienes un hijo poeta y este se muere inédito

agarra todos sus putos papeles y manuscritos y quémalos junto con el cabrón en cuanto puedas







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