una muñeca hinchable de plástico reciclado, un dron y un poeta borracho y encabronado

dice la publicidad
de uno de esos drones con cámara que
recientemente han comenzado a volverse populares,
que con él "puedes capturar, desde nuevos y alucinantes ángulos
toda la maravillosa esencia de tu vida"
y entonces yo me imagino al puto dron
flotando en el aire, un par de metros arriba de mi cama
enfocándome con la cámara y grabando en video para la posteridad
-y quizás en vivo para facebook-
al sujeto despatarrado allí abajo, en cueros y borracho
con media erección, una botella de tequila en la mano
mirada vidriosa y perpleja, desgreñado, sin rasurar
rascándose los brazos, las piernas, el cuello, la espalda
en un intento vano por quitarse la perra comezón
que le produce la alergia a los ácaros, de los que debe haber
millones en el viejo colchón en que yace, en las sábanas manchadas de
extrañas sustancias, en la sucia almohada, en el mugroso cobertor
arrebujado entre sus piernas; y recitando con su mejor
tono de voz de domingo resacoso en la mañana:
"miren, hijos de puta la maravillosa esencia de mi vida, su grandiosa magnificencia
miren estas pinches sábanas más negras que mi puta suerte
miren la pelambrera de mis huevos donde se esconden las alimañas que se comen
las escamas de mi piel muerta
miren la arrugada libreta donde escribo mis hermosos poemas románticos
y miren allí en el piso, tirado al pie de la cama
ese jodido chisme de plástico hecho jirones que los hijos de puta
me regalaron al comprar el dron y que hasta hace una semana
todavía podía inflarse sin perder el aire y tomar la forma
de una sensual mujer de enormes tetas
con un agujero flexible de silicón entre las piernas en el cual
yo podía pasarme horas sacando y metiendo el pájaro mientras imaginaba
que susie era el gran amor de mi vida y que con ella a mi lado
no me hacía falta nada más para ser feliz

y miren el dedo medio de mi mano derecha que ahora extiendo hacia la cámara"