sentido común

anoche, me despertaron 2 veces

la primera vez era dios

el cabrón estaba de pie junto a mi cama
vestía una túnica azul
su piel brillaba tenuemente
su rostro traslucía bondad y comprensión

¡villa, toma tu cruz y sígueme!

¿cruz?
¿cuál puta cruz?

bueno, un sillón, la estufa, el ropero...
cualquiera sirve,
la cuestión es echarte un buen peso a la espalda,
cargarlo hasta lo alto del cerro al otro lado del río:
cuando llegues, busca una rama de árbol de buen grosor
y te la metes por el culo:
luego permanecerás tres días ayunando allá arriba
en cuclillas
rezando
meditando...
al cuarto día, un ángel bajará del cielo
y te conducirá a mi reino de amor,
donde te integrarás al coro de los elegidos en la bienaventuranza
para cantarme himnos de alabanza y gloria
por toda la eternidad

no sonaba mal, pero yo tenía mucho sueño:

... hm, gracias, amado señor mío, pero creo que seguiré durmiendo

dios hizo una mueca de disgusto
y luego desapareció en medio de una nubecita


la segunda vez que me despertaron
fue un estruendo afuera de mi ventana
abajo en la calle

me asomé

había un deportivo descapotable junto a la acera
satanás estaba sentado detrás del volante
2 nenas en cueros lo acompañaban
-sus tetas eran tan grandes como mis peores perversiones-
al verme, el diablo le bajó el volumen a la música

¡villa, huevón, qué haces durmiendo a estas horas!
¡coge una botella y baja pronto!
¡las chicas quieren divertirse!

me tomó un par de minutos alistarme
salí a la calle y trepé al auto
el maligno conductor arrancó

un par de cuadras más adelante,
afuera de un comedor de la beneficencia pública para homeless y desempleados,
vimos a dios formado en una fila

que llegaba hasta el infierno