lunes, 22 de diciembre de 2014

mi cartita suicida para santa


puto gordo de los cojones:

primero que nada, saludarte,
puesto que deben ser ya más de 40 años 
desde la última vez que te escribí, cuando no era
más que un crío cagón que cada navidad
se empeñaba en pedirte una bicicleta con llantas gordas
una pelota de futbol y un superhéroe con vista de rayos x cuyo nombre
hace mucho que terminó sepultado bajo la niebla del olvido;
nunca me trajiste la puta bicicleta
ni el superhéroe y sólo aquella última vez
cuando decidí no volver a pedirte ni la hora
dejaste un puto balón de plástico reciclado que no resistió
siquiera dos patadas antes de quedar hecho mierda;
eso sí, todos los años cada 25 de diciembre,
cuando me asomaba al árbol de navidad para ver los regalos
siempre encontré un puto par de calcetines a mi nombre
¿nunca se te ocurrió pensar antes de dejarme los putos calcetines
que mi madre ya me compraba por su cuenta todos los que yo necesitaba?
¿nunca se te pasó por la puta cabeza la idea
de que lo último que un niño quiere que le regalen el puto día de navidad
es un jodido par de calcetines idéntico a otros 10 pares que ya tiene?
lo que más me cagaba los huevos, sin embargo
era que aun después del episodio de la jodida pelota de plástico reciclado
-a raíz del cual decidí no volver a escribirte ya nunca más una carta-
todavía debieron pasar cinco o seis navidades más
donde seguías dejándome bajo el árbol un puto par de calcetines
¿era tan difícil para ti resistir ese impulso sádico
que aun cuando yo no te pidiera ya nada, sin embargo te llevaba
a seguir emperrado en joderme la navidad con tu pendeja bromita?
allá tendrás tú la respuesta en tu conciencia, cabrón;
pasando a otras cosas más actuales
se me ha ocurrido volver a escribirte aprovechando
que ahora es diciembre y no tengo mucho que hacer y estoy solo;
quizá pensarás que ya estoy demasiado viejo
como para escribirle a santa y pedirle algún regalo
y que a mis años un hombre ya debería ser capaz
de buscar la forma de agenciarse sus propios regalos;
confío, a pesar de todo, que tal vez el hecho
de haberme arruinado las navidades de mi infancia con aquellos putos calcetines
te haga sentir alguna clase de tardío remordimiento
y excepcionalmente entonces decidas por esta sola ocasión
hacer caso a mi carta y concederme lo que te voy a pedir
nada del otro mundo, por cierto, nada que con tus poderes sobrenaturales
no podrías hacer que tuviese lugar sin mayor dificultad:
lo único que te pido ahora es poder llegar a tener los huevos
para de una maldita vez amarrarme una soga al cuello 
y colgarme del balcón de mi cuchitril la madrugada del 25
¿podrías hacer que lo consiga, mi querido santa, podrías ayudarme
infundiéndome la dosis necesaria de determinación para matarme al fin?
estoy viejo, cansado y harto de vivir
y a pesar de que el jodido espíritu navideño a mi alrededor
-con las consabidas lucecitas en las calles y la gente enloquecida
comprando estúpidas cosas que nadie necesita tener-
en realidad no es muy distinto al de otros pasados años
esta vez por lo visto me ha dado por el culo más fuerte que nunca antes;
¿y no sería un hermoso gesto de generosidad de parte tuya
contribuir en cierta medida a regalarme 
la paz del corazón que la muerte trae al fin consigo?
esperando que siquiera por una sola vez tengas en cuenta mis deseos
y me traigas lo que te pido en esta humilde carta
se despide de ti, deseándote feliz navidad

josé villa, poeta suicida del sur profundo de jalisco

ps:   suponiendo que tus facultades no incluyeran alentar actos suicidas
como regalo alternativo podría aceptar que me trajeras una chica:
la que me gusta se llama rubiela y trabaja sirviendo tragos en "la cama de piedra"
a dos kilómetros de comala por la carretera que lleva a guadalajara






1 comentario:

  1. espero se suicide papanoel y tú,mi villita, lo pases bien con rubiela, que estoy segura se va a enamorar de ti y te servirá unos tragos gratis, que pena que jalisco este tan lejos jajajaja

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...