hijo de puta, piensa la mujer,

por fin te vas a morir, pinche villa pendejo;
está sentada en una silla junto a la cama
una bombilla de 40 watts cuelga del techo
el viejo yace en la cama
su cara tiene un color amarillento
a ratos se le oye quejarse un poco
cada vez pasa mas tiempo inconsciente
la mujer se levanta de la silla
va y se asoma a la ventana
la calle está desierta
el pueblo duerme a esa horas
de muy lejos llega el rumor de una canción indistinguible
y una voz de mujer que canta
esas putas no tienen para cuándo hartarse, piensa la mujer,
luego vuelve al lado del viejo 
el tipo pronuncia algunas palabras en voz baja
parece delirar
senobia, mamasota culona, te quiero
a la mujer se le tuerce el gesto
sabe quién es senobia
esa puta de mierda no se le sale de la cabeza, piensa,
ni siquiera morirse le quita lo hijo de la chingada;
la mujer le limpia el sudor de la frente con un trapo
luego acerca una botella a sus labios resecos
el viejo bebe un par de tragos
abre los ojos momentaneamente
mira a la mujer inclinada sobre su cabeza
¿qué puta mierda me estás haciendo tragar, cabrona?
la mujer retira la botella
es gatorade de limón, dice la mujer,
el doctor dijo que debes hidratarte;
el viejo lanza un débil suspiro de resignación
aun sin estar del todo consciente sabe
que se encuentra a merced de la mujer
no le quedan fuerzas ni para bornearse en la cama
y cada día que pasa se siente más aguado 
la mujer le cambia el pañal cada cierto tiempo
porque se caga sin saber ni a qué horas
senobia, ¿alguna vez volverás a chupármela como sólo tú sabes?
puto degenerado, piensa la mujer
¿por qué no le dices a tu senobia que venga a limpiarte el culo?
se levanta de la silla y sale del cuarto
en la cocina, pone agua a hervir en la estufa
mordisquea una galletita y lava un par de platos
abre la puertita debajo del fregadero y saca el bote de raticida
lo destapa y echa un vistazo a su interior
si no te mueres esta noche, piensa,
voy a tener que comprar otro puto bote de esta mierda;
abre la botella de gatorade y vierte en su interior
todo el raticida que hay en el bote
cierra la botella y la agita y la deja sobre la mesa
el agua ya hierve en la olla de peltre sobre la estufa
la mujer se prepara un café bien cargado
-con sólo media de azúcar por la diabetes-
vuelve junto al viejo que sigue quejándose
le da un sorbo al café y muerde una galleta
algunas migajas caen sobre su falda negra
senobia, te comería a mordidas ese chochito rico que tienes
la mujer se levanta y se sube la falda
se quita los zapatos y se baja las bragas
no tendré el chocho tan rico como esa puta, piensa
pero vas a tener que conformarte con lo que hay;
luego se sube a la cama y queda de pie sobre el colchón
la cara del viejo está justo debajo de sus piernas
ella se le sienta encima sujetándose a la cabecera
una lengua reseca se abre paso entre sus labios
la mujer exhala un gemido y por instantes
se le olvida un poco la rabia y el desamor y aquella puta

este puto gatorade sabe a pescado, chingada madre