viernes, 23 de mayo de 2025

el hombre que se cogía a todas las mujeres que se le antojaba


algún cable dentro de mi cabeza
debió soltarse -o quizá se cruzase con otro-
dando como resultado que
ya no hablara yo en español, sino en
bielorruso medieval
(yo sabía sin más que era bielorruso medieval)

"Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая"
le dije a mi mujer
que andaba por ahí, con la escoba en la mano
aun cuando no eran todavía ni siquiera las 8 a.m.

"¿qué mierda dijiste?, no entendí ni putas"

 "Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая" 
repetí yo, esta vez más despacio

"¿otra vez inhalaste cemento?" -inquirió ella

me quedé callado, y empecé a reflexionar:
"debo estar siendo víctima de un jodido experimento extraterrestre
en el que por supuesto no participa mi mujer:
eso, o la pendeja en realidad sí entiende lo que digo
pero como seguro anda jeta porque no fuimos anoche 
a cenar con la bruja de mi suegra
ahora se hace la mula nomás para joder"

"Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая", le dije
con mi tono de voz más cariñoso;
sin embargo, ella se mantuvo en sus trece:

"se nota que tienes ganas de cagar la borrega, cabrón
¿qué te parece si mueves el culo y te vas largando al trabajo?"

por lo visto, ella realmente no entendía nada
y como estaba claro que por mucho que le insistiera
no iba a conseguir que me entendiera
(nunca conseguía nada insistiendo con ella)
me levanté y me arreglé y me empiné el café
y salí dando un portazo de la casa

me fui caminando hasta la parada del camión
hacía un bonito día, el clima era agradable
y los pajaritos cantaban en los árboles;
supuse que estaría mediada la primavera
pero en realidad me chupaba un huevo ese tema:
a mí lo único que me importaba en la puta vida
eran los jodidos asuntos de la fornicación

había una hermosa morena en la parada del camión
la miré de reojo mientras me relamía la lengua:
veintitantos, piernas largas que emergían desde debajo de
una brevísima falda entallada
culo turgente, bien formado y compacto
tetas grandes y aún enhiestas
ceñidas por un top de licra:
la verga se me empezó a parar

"tranquilo, villa, podría ser tu hija"

entonces se me ocurrió acercarme a ella
y soltarle mi rollo bielorruso:

"Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая"

la diferencia entre su reacción al escucharme
y la mostrada por mi mujer
fue cuando menos excepcional:
a la chica simplemente se le iluminó la cara
su pelo pareció emitir suaves destellos dorados
y no había terminado yo todavía de cerrar la boca
cuando ya ella estaba a mi lado
agarrando uno de mis brazos y tirando de mí
en dirección a la parte trasera de un montón de arbustos
que crecían unos metros más allá
de la estructura metálica del paradero

por supuesto, no opuse resistencia alguna
me dejé llevar hacia donde la chica me arrastraba
mi verga había terminado de endurecerse
el olor corporal de la mujer me subyugaba
era como si la puta frasecita también obrara efecto afrodisíaco
sobre el sistema fornicatorio masculino

había una parcela de suave hierba detrás de los matorrales
una especie de franja de dos metros de anchura
que colindaba con el muro de una construcción
y sobre la cual mi amiga se despatarró
se alzó la falda, se apartó el hilo de la tanga
 y me hizo señas de que entrara en ella:
"¡métemela lo más adentro que puedas, por piedad!"
añadió con voz impregnada de lujuria

ella fue la primera que me cogí ese día
le estuve dando macizo un buen rato
y el mundo pareció eclipsarse alrededor
yo le susurré al oído "Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая"
-al parecer no podía decir ninguna otra cosa-
y su pelvis empezó a cimbrarse como si
debajo del culo le hubieran puesto una barrenadora de concreto en movimiento
que la hiciera zangolotearse salvajemente
cual frágil cometa atrapada en el huracán de la pasión

de pronto soltó un terrible alarido
y su cuerpo comenzó a convulsionarse
al verse envuelto en las ondas trepidatorias del orgasmo vaginal más intenso
que mujer alguna experimentara jamás
en toda la puta historia de la humanidad

"ya podré morir en paz"
oí que murmuraba mi conquista
una vez recuperada y puesta en pie
al tiempo que se sacudía la falda 
me tiraba luego un beso y se perdía
de regreso rumbo a la parada

seguí tumbado algunos minutos en la hierba
"ni siquiera sé qué significa esa puta frase"
me dije mientras fumaba un cigarrillo
"quizás remueva alguna especie de mecanismo biológico ancestral
enquistado en lo más recóndito de la vagina 
y haga saltar un resorte en cualquier mujer
-excepto probablemente la mía-
que la empujaría a requerir con urgencia 
la introducción inmediata de una verga en el chocho"

decidí faltar al trabajo, sobra decirlo:
la posibilidad de cópula ilimitada con toda clase de mujeres
empezaba a perfilarse en mi cabeza:
"sólo tengo que decir la pinche mamada esa
y cualquier mujer se dará prisa en abrirme las piernas:
ni siquiera el jodido rasputín habría logrado esto"

así que me puse en pie y caminé hasta el mercado de la siguiente esquina
allí me cogí a la que vendía mangos
a la que vendía jitomates, a la mesera de la marisquería
a una que iba pasando y a la policía del semáforo

Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая
me bastaba con susurrarles al oído
para que la dama en turno sufriera aquella brutal metamorfosis
que la convertía en una depredadora sexual enardecida
urgida de ser penetrada por todos los orificios posibles

así me pasé todo el puto día
-el día más feliz de mi vida-
de calle en calle, de barrio en barrio
cada 20 minutos metiéndola en una vagina distinta
sacudiéndola un poco, sin apretar demasiado para no correrme
-sólo llegaba a eyacular dentro de las más buenotas-
y diciendo la frasecita para que la mujer explotara
y pudiera obtener con ello una breve visión
de lo que hay más allá de las puertas del cielo

no miento si digo que me cogí a unas 100
flacas, gordas, lunáticas, medio zafadas
profesionistas, limpiabaños del macdonalds, conductoras de uber
una turista japonesa a la que le revisé bien el coño
para ver si no lo tenía pixelado
y la última: mi puta suegra
a la que además le llené la boca con mi eyección seminal
al caer la tarde, regresé a mi casa
saludé a mi mujer con un simple ademán
me cambié de ropa, me serví un trago
y me senté a la mesa dispuesto a comer

"¿y ahora qué puta mosca te picó, cabrón?"
preguntó mi media naranja con su habitual gentileza
al ponerme delante un plato de espaguetis
"¿sigues emperrado en recitar tu trabalenguas?
¿vas a mantener esa actitud infantiloide de retrasado mental?"

"Ну, дай мне немного твоей корзовы, дорогая"
salió de mi boca sin poder evitarlo
-aunque yo había querido decirle "hola, mi amor"-

entonces mi mujer, todavía con la cazuela
de los espaguetis en la mano
me atizó con ella en la cabeza
con tal violencia y rabia que
el cable suelto en mi cerebro se reconectó
mis sinapsis bielorrusas se esfumaron
mi español nativo volvió a asumir el mando
del centro de procesamiento verbal en el hemisferio izquierdo...
y yo acabé con un puto chichón del tamaño de una calabaza
la cara un poco hinchada, los huevos ya nostálgicos

y sabiendo que mi día de gloria había quedado para siempre en el pasado






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