jueves, 30 de diciembre de 2021

isa, ¡ya déjame dormir, hija de la chingada!


a veces viene isa temprano en la mañana

colgada todavía del último subidón de crak

y le da por coger una de mis playeras raídas del cartón donde echo la ropa

para luego ponerse a sacudir con ella

la ventana y el polvo del techo y las telarañas que se forman

debajo de la cama y en las esquinas y detrás del refri:

un torbellino humano impulsado por torrentes de dopamina

que aún se da tiempo para agarrar la escoba y

barrer hasta el último rincón del piso


el jaleo que arma siempre me termina despertando 

hago un esfuerzo sobrehumano para girar la cabeza

y la miro con ojos resacosos y le digo

isa, bájale a tu puto pedo

y vete a traerme un seis de cerveza


si aceptaras que yo viviera contigo, villa

-la oigo delirar desde el fregadero-

este puto cuarto no parecería una pocilga

podrías incluso sentarte a cagar en ese asqueroso inodoro

sin riesgo de contraer una maldita septicemia por el culo

lavaría tu ropa, la plancharía, la doblaría con esmero

y bordaría tus iniciales en los calzoncillos

me encargaría de hacerte comida decente

que sustituyera tu terrorífica dieta 24/7 de pizza papa john

y te cuidaría cuando enfermaras


si vivieras conmigo, isa, pequeña 

-cierro un ojo para ahorrar energía y poder levantar la voz-

en menos de una semana vería instalarse en esta que tú llamas pocilga

a dos o tres de esos repugnantes homínidos drogadictos cuya compañía frecuentas

ellos se apropiarían entonces de mi cama 

para hacerla teatro de sórdidas cópulas multitudinarias

se beberían mis botellas como si fueran agua

se tragarían mis hawaianas de papa johns de una sentada sin siquiera darme un pedazo

golpearían al repartidor para quitarle el dinero y el celular

y luego me golpearían a mí y me robarían la compu y la vagina de silicón autorregulable

que tantas fabulosas pajas me ha procurado

para irse corriendo a intercambiarlas por droga;

anda, arráncate y tráeme esas cervezas


eso es lo malo de los pinches vejestorios como tú, cabrón

-ahora isa está a medio metro de mi cama

blandiendo la escoba cual avezado caballero medieval curtido en lances de batalla-

que ya perdieron la fe en el ser humano

que padecen paranoia galopante y se imaginan que existe

un complot universal para darles por el culo 

creyendo que todo el mundo es tan hijo de puta como ellos

¿has oído hablar de algo que se llama amor, hijo de la chingada?

¿crees que lo que yo siento por ti puede comprarse con dinero? 

¿crees que es fácil hallar una mujer que soporte coger con un despojo humano como tú

y que además esté dispuesta a cuidarlo y hacerlo feliz? 


otra vez la burra al trigo con el puto amor

-he saltado fuera de la cama para interponer distancia

entre mi molido cuerpo y la escoba en manos de mi exaltada amiga-

¿de modo que tú puedes irrumpir a cualquier hora de la madrugada en mi humilde morada

puesta siempre hasta el culo de crak o alguna otra porquería de esas que te metes

y hacer un buen desmadre con mi ropa y enseres domésticos 

y hablar de modificar mis esquemas alimenticios basados en pizza, cerveza y doritos nachos

sin más argumento que la supuesta existencia dentro de tu corazón

de un profundo e incomprobable sentimiento amoroso? 

no me quieras ver la cara de pendejo, isa

y vete ya por el puto seis

que me está cargando la verga por la jodida resaca


"¿y ahora de qué mierda te has estado inyectando, isa?"

"acaba ya de encularme, cabrón, y dame esos 200 pesos

que el jimmy no me vende merca si voy a tocarle después de las 9"




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