buenas noches, compañeras y compañeros masturbadores anónimos:
mi nombre es josé villa, soy poeta romántico y
me masturbo desde los 8 o 9 años
ahora voy camino de los 70 y no obstante que
en el lapso transcurrido desde los remotos días de mi infancia
pude hallar y practicar otras formas de aliviar mi calentura
lo cierto es que nunca, en realidad, por muchos culos
que tuviera a mi disposición para desahogarme a sus expensas
-y tampoco fueron nunca tantos como yo hubiese querido-
dejé de recurrir al método manual para obtener autosatisfacción;
nunca, por lo demás, me pareció
que pajearse pudiese ser un acto reprobable
ni motivo de remordimiento ni síntoma de la existencia de alguna tara mental
y si ahora estoy aquí frente a ustedes
exponiendo mi caso a su amable consideración
no es porque haya cambiado de opinión
o porque hubiese encontrado a yisuscraist y quisiera practicar la continencia
-ni por ninguna otra razón de índole filosófica o termodinámica-
sino porque en la etapa de la vida que transcurro ahora
viejo, cansado y sin ilusiones -como dice la canción-
y no teniendo una mujer a mi lado para desahogar en ella mis pulsiones eróticas
he adquirido la nefasta costumbre de pasarme hasta 6 horas diarias
masturbándome frente a la webcam en el chatroulette
-lugar de encuentro en internet al que concurre tanto gente adicta al exhibicionismo
como mirones interesados en echarle un vistazo a los genitales del prójimo
y que seguramente todos ustedes conocerán perfectamente-;
tampoco es que pasarme tantas putas horas sobándome el pinche garrote
me parezca por sí mismo un acto que debiera reprimir
el problema, sin embargo, en mi caso
y el motivo por el cual he decidido acudir a masturbadores anónimos
es que, siendo yo uno de los más grandes poetas mundiales de la actualidad
y dada mi provecta edad, disponiendo ya de tan poco tiempo
para dedicarlo a la creación de mis excelsos poemas
-y culminar asi una obra literaria que me lleve a obtener el nobel antes de estirar la pata-
necesito urgentemente hallar la forma de contrarrestar esta puta manía que tengo
de pasarme las horas largas meneándole el pescuezo al ganso frente a la cámara
-y dándole clik una y otra vez al botón de "next"
buscando que entre tanto pendejo onanista de mierda aparezca milagrosamente en la pantalla
una mujer con el dedo en el clítoris frente a la cual poder tirar por fin el lechazo-
necesito con urgencia quizás una terapia antimasturbatoria a base de fármacos o hierbas
un método oriental para obtener el equilibrio interno del yo
por una vía distinta a la manipulación de los genitales
o alguna chica entre las aquí presentes que se ofreciera a prestar su cavidad bucal
para sacarme el veneno del cuerpo con la mayor economía de tiempo y esfuerzo
en aras de servir a la noble causa de que en mi ocaso
la luz de la poesía no deje de brillar hasta el último aliento que yo haya de exhalar
muchas gracias
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