JEANLOUP SIEFF
Teníamos las manos tan metidas en el verano
Que no pudimos
No sentimos
el invierno acercarse a nuestros cuellos.
Tan ahogados de labios que el golpe nos llegó sin aviso
y en nuestros dedos piedras
y en el centro
Justo en el ombligo del beso
Una corteza fría
Y tiesa como el olvido.
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