sábado, 4 de octubre de 2025

filosofía barata para un domingo en la playa

  

después de chingarme varios días
profundamente sumido en el estudio de la obra de eschopenhauser
sentí de pronto que me daba el soponsio:
todo ese montón de pesimismo, misantropía, desprecio del mundo
se me clavó en el cogote como un clavo oxidado
mi mente se bloqueó, me faltaba el aire
el corazón me latía a mil por hora:
"su puta madre, necesito salir de aquí"

cerré los libros, apagué el ventilador
bajé a la tienda y compré cerveza
un paquete de marlboro y enfilé
hacia la playa, donde no tardé en distinguir
la colorida mancha de la sombrilla de mi compa melesio
homeless mariguano de 60 y tantos, maestro de la decadencia
filósofo de la vida graduado suma cum laude
en los peores congales y cantinas de mierda del sur de nayarit
quien acampa ahora al pie de un roquedal

"volví a fracasar en el esfuerzo
por ahondar en la vertiente polisémica
de los arquetipos ontológicos milenarios
que eschopenhauser propone como explicación al enigma del no-ser"
le comenté a melesio una vez instalado 
y dándole un trago a la primera del día

él me miró de reojo
como diciendo "ya valió madres"
puso el churro de mota arriba de una piedra
cogió una lata de cerveza
la destapó
se rascó un huevo
se tomó la cerveza de una sentada
eructó
arrojó la lata vacía a un lado
y dijo:

"no empieces con tus mamadas, pinche villa
ya te dije la otra vez que ahora soy budista 
todo me chupa un huevo
fluyo con el universo
mi espíritu danza con el viento
échame el tabaco, anda"

la playa reverberaba a la distancia bajo el tórrido sol de media tarde
me empiné el resto de la lata y prendí un marlboro y abrí la segunda
un vientecillo suave y cálido soplaba sin pausa desde el sur

"¿como puede existir el no-ser? -insistí-
¿no se niega a sí mismo al definirse?"

"no seas pendejo, villa
toda la puta filosofía trata de lo mismo:
mamadas sin sentido ocultas
bajo un rollo intelectualoide aparentemente profundo
que se sacan los filósofos de los huevos
porque en las madrugadas con insomnio
no hay una mujer en su cama que les eche un cable
para bajarlos de las putas nubes"

cuando iba por la cuarta chela
una mujer en tanga brasileña invadió de pronto
nuestro campo visual, pasando a escasos 10 metros
frente a nosotros siguiendo la orilla del mar
y con el puto celular en la mano

al contemplarla me dio por imaginar
lo que ella pensaría al mirarnos:

"hete ahí ese par de momias
alcoholizándose como cerdos con total desfachatez
dos perdedores de mierda, dos pobres imbéciles 
que nunca dieron pie con bola
el repugnante calvo barrigón con una erección de elefante
y el otro con cara de violador seguro fantaseando
con ponerme en cuatro y encularme"

oh, bella mujer de la tanga brasileña
-reflexioné para mis adentro-
cuánta razón tienes al atribuirnos
esas turbias intenciones fornicatorias
pero dime, qué otra cosa le queda 
a dos viejos filósofos desengañados de la vida
sino mirarle el culo a las bañistas para hacerse pajas mentales

"mira ese culo, villa, y fíjate bien lo que te digo:
ahí tienes la respuesta a todos tus putos interrogantes filosóficos:
el ser, la nada, la cuadratura del círculo
la vida en otros planetas, el sentido de la puta vida
a quién le importan esas pendejadas cuando tienes
un buen pedazo de culo por un lado
y una lata de cerveza fría en la mano"

a medida que la mujer se alejaba
sus formas se fueron difuminando en la distancia:
vista por detrás, con la enorme mata de cabello rizado
su silueta recortada sobre el mar me trajo a la mente
la de eschopenhauser: un tipo barrigón y bajito
con una pelambrera loca adornando su cráneo

¿y si por una especie de justicia divina
el destino hubiese querido escarmentar al filosófo
haciéndolo reencarnar bajo la forma
de aquel seductor espécimen de hembra latinoamerica
-curvilínea, culona, con aquellas tetas increíbles-
a la que seguramente cada noche le ensartarían por el culo
-a cuenta de los denigratorios exabruptos lanzados contra las mujeres
en el curso de su pasada existencia-
un buen pedazo de verga de macho mexicano?

le compartí a melesio mi ocurrencia y él sonrió
se rascó la panza, prendió el churro
le dio una calada y me lo pasó:
"podrías alcanzarla y preguntarle
que chingados quiso decir exactamente
cuando escribió aquello de los arquetipos tecnológicos de los cojonsios
y que de paso te aclare lo del no-ser"

y así estábamos, dos viejos pendejos
sentados en la playa, bebiendo y pitorreándonos de todo
no tan amargados como hubiese sido de esperar
dada la clase de vida de mierda que habíamos llevado
malgastando nuestros mejores años en cantinas y burdeles
metiéndonos de todo, esquivando siempre
cualquier compromiso emocional que nos hubiera permitido
sentar cabeza, formar una familia
perseguir una meta edificante y escapar así 
a la acción corrosiva del envilecimiento moral
en que nos había sumido nuestro desenfreno

se hizo tarde, el cielo coloreó el horizonte de naranja y púrpura
melesio había terminado noqueado
y ahora yacía como una morsa desparramada sobre la arena
yo no había resuelto mis dudas, pero estaba borracho
y me sentía ligero, ingrávido, insustancial
como una cometa planeando en mitad del cielo
un soleado mediodía de abril en la campiña francesa
o algo bastante parecido

me levanté y eché a caminar hacia la tienda
compré más cerveza y otra cajetilla de marlboro
regresé a la playa, el mar tenía ahora un tono gris metálico
en el cielo habían aparecido grandes nubarrones
y la vida seguía transcurriendo, para no variar

sin que nadie tuviera la menor idea de por qué ni para qué



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