miércoles, 26 de marzo de 2025

todos los culos terminarán convertidos en polvo


siempre he sido un tipo displicente y huevón
no me gusta practicar ningún puto deporte
no me gusta salir a caminar para quemar calorías
y ver si de este modo me deja de colgar la barriga;
eso sí, a veces recorro los trescientos metros
que hay de mi cuarto hasta la playa
pero sólo para ir y darme a la embriaguez 
y ver si le meto mano a un culo
en alguna ramadita junto al mar

dejo pasar los días sin ocuparme de nada
más que perder el tiempo curioseando en internet
beber cerveza en el sillón frente a la tele y a veces
abrir un libro y pasar la vista sobre sus líneas
como si con eso bastara para justificar
la forma en que pierdo el tiempo a lo pendejo

mientras tanto, a mi alrededor
como una especie de lluvia seca
-que no sólo bajara del cielo sino que también, en buena medida
se filtrara hacia lo alto emergiendo de las mismas entrañas del subsuelo-
interminables y densas redes de finos corpúsculos de materia
se van acumulando sin pausa sobre las superficies circundantes:
la parte superior de los muebles, el borde de las puertas
el marco de la ventana, los objetos sobre el escritorio
la ropa en el armario, los bajos de la cama, el interior de mis orejas y nariz
el filo de las aspas del ventilador, los intersticios entre los azulejos
que cubren las paredes del baño y la cocina

-¿de dónde sale el puto polvo, por qué nunca se acaba?-

hace tiempo tuve una mujer conmigo
que, mientras yo bebía despatarrado en el sillón
tenía la compulsión de limpiar la casa:
se levantaba desde las 6 am y, sin siquiera meterse antes algo al tanque
cogía la escoba y se ponía a barrer con entusiasmo y denuedo
cada centímetro del puto piso
-como si creyera que unas pocas moléculas de polvo dispersas acá y allá
pudieran representar una amenaza para la supervivencia de la humanidad o algo así-

"deja de trapear y vente a la cama"
le decía yo cuando me despertaba 
y le veía el culo cada vez que ella se agachaba
para meter la escoba o el trapeador
debajo de las sillas o la mesa o la cama

"alguien tiene que limpiar este muladar"
respondía ella sin dejar de trajinar,
y seguía, indoblegable como una juana de arco de la higiene
pasando el puto trapo por todos los rincones
-y enseñando el culo y haciendo aumentar mis ganas de cogerla-

no sé qué tengo que las mujeres
no duran mucho conmigo
las trato bien, les escribo uno que otro poema
les doy sus buenas cogidas, las dejo en paz cuando les duele el pusi
o están neuras o se ponen a cotorrear con la comadre

pero es inútil:
a duras penas consiguen aguantar tres meses
y enseguida empiezan a mostrar los acusados síntomas 
de quere ahuecar el ala lo más pronto posible

luego sueltan el primer puto pretexto que se les ocurre:
mi mamá tiene cancer terminal y mi deber como hija es estar con ella
encerraron a mi hija por drogarse y tengo que supervisar el tratamiento
una moto embistió a mi tío eulalio, octogenario y con síndrome down
y alguien tiene que alimentar al pobre y hacer que se bañe

esta, de la que les hablo, para no ir más lejos
no llevábamos todavía ni seis semanas de arrejunte 
cuando cogió su maleta y puso manos a la obra
de meter en ella sus cosas:

metió unas bragas de encajes ultra-sexis que le había comprado en el todo a cien
su consolador marca acme de 15 velocidades
ropa, shampús, cepillos varios
un ejemplar de las obras completas de paulo cuello
la pomada para la picazón en el culo que le recetó el dermatólogo
cuando fue a quejarse con el pendejo de que yo la forzaba a coger por detroit
-tengo la teoría de que ahora vive con él-
y cuando acabó de empacar se largó de la casa y de mi vida
sin siquiera decirme adiós

desde ese día he ido hundiéndome cada día más
en una especie de blanduzco sedimento amarronado 
compuesto por compactas y apretadas capas de polvo

y si bien ocasionalmente cojo un sacudidor o una escoba
y me pongo a barrer el puto muladar
lo cierto es que nunca termino de deshacerme por completo
de la incalculable cantidad de microscópicas partículas residuales 
dispersas aquí y allá sobre la total extensión del espacio circundante
y que parecen adherirse entre sí con la fuerza de un enlace subatómico

luego meto el mayor número posible de tales entidades
en bolsas negras de basura que después sello con cinta adhesiva
antes de llevarlas a tirar al contenedor de la esquina
de camino a la playa, para aprovechar el viaje
y una vez allí auto recompensarme
por el gran esfuerzo desplegado en mi lucha contra la entropía
con un seis de latas de cerveza bien heladas

nunca pasa, sin embargo, mucho tiempo
antes de que todo cuanto despejé de su presencia
vuelva a hallarse cubierto por una tenue película de polvo
como si el espíritu de la tierra pugnara por manifestar
a través de esta cíclica recurrencia de materia pulverizada
que venimos del caos y hacia el caos volveremos

cada vez con mayor frecuencia
me he visto siendo asaltado por la idea
de que cualquier día de estos tiraré la toalla
de que ya no opondré la menor resistencia
ante el inexorable avance de esta marea polvosa
y de que simplemente me quedaré de brazos cruzados
y dejaré que las cosas sigan el curso que tengan que seguir:

bueno, chingue su madre, que se joda todo
y si tengo que acabar sepultado debajo de esta mierda pues ni modo

luego, inspirado por el influjo del alcohol
me dejo llevar por una corriente divagatoria
donde vislumbro un remoto panorama situado mil años a futuro
en que un arqueólogo humanoide especializado en civilizaciones extintas
excavará el yacimiento de roca en que habrá quedado convertido para entonces
el jodido montículo de polvo bajo el cual
finalmente fui a terminar exhalando mi último suspiro

y a través del bloque de granítica materia
horadará un camino hasta topar con mis momificados restos
y extraerá entonces, con cuidado, uno a uno
todos aquellos fragmentos consituyentes de mis despojos

probablemente habré de terminar finalmente
exhibido en un museo dedicado a las reliquias pretéritas de la humanidad
correspondientes a la edad del silicio, tal vez -qué sé yo-
o el siglo 2 antes de skynet

un cartelito adosado a la urna acristalada dirá

ejemplar de homo sapiens tardío
se cree que vivió cronicamente alcoholizado entre los siglos 20 y 21 de la edad del culo
siendo presumiblemente su actividad favorita
tirarse en el sillón a beber cerveza viendo los apestosos partidos de futbol de la liga mexicana
ver porno y masturbarse
a razón de una paja diaria

entre los antiguos se designaba a este tipo de ejemplares improductivos y valemadristas
con el peyorativo de poeta

este debió ser uno de los más poéticos de entre toda esa bola de huevones inútiles





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