viernes, 14 de junio de 2019

un jodido poeta de internet


si este poema lo hubiera escrito
en la época antes de internet
probablemente habría quedado para siempre
encerrado entre las páginas de cualquier libreta
de las que entonces solía llenar cada tanto
con poemas y cuentos y arranques de novela
y que después guardaba en cajas de cartón
que cada vez que abandonaba un pueblo por otro
durante aquellos años de vagabundeo
perdía o regalaba o simplemente dejaba atrás
para no tener que cargar con ellas allá donde fuera

habría quedado allí metido
-este poema-
y no habría sido leído nunca por nadie
-como no fueron leídos ninguno de los cientos que escribí-
porque nunca habría sido publicado
-yo era un poeta de mierda y he vivido siempre
entre gente inculta y medio analfabeta-

si este poema lo hubiera escrito entonces
tú, querido lector que posas ahora tu mirada en ellas,
no estarías utilizando el tiempo leyendo estas líneas
pensando quizás mientras lo haces
"me cago en siete, resulta que el villa se puso nostálgico
y a lamentarse de su triste pasado lleno de poemas abandonados
justo ahora que yo quería leer algo sobre putitas cachondas"
ni estarías dejando de hacer, por leerlas,
otro tipo de cosas quizá más productivas
bañando al perro, tal vez
o a lo mejor pintando la cerca del patio
-o puede que solo simplemente tirado en el sofá
rascándote los huevos-

pero no lo escribí en aquellos años
y por lo tanto no quedó metido en ninguna de aquellas libretas
que solía llenar de frases mientras me dedicaba
a darle al trago día y noche
encerrado en sórdidas pensiones del sur de jalisco
y que después dejaba tiradas en cualquier parte

tuvieron que pasar 30 años
y que en ese lapso yo escribiera mil poemas que se los llevó el viento
y que surgiera internet
y que entretanto ocurrieran mis divorcios y encarcelamientos
y aquel tremendo accidente de coche manejando borracho
en que terminé con la cabeza rota
y aquel otro accidente de coche manejando borracho
en que solo me rompí una pierna
y el incidente en que resulté navajeado en un puto congal de etzatlán
por un hijo de perra encabronado porque la fulana que él quería cogerse
prefería coger conmigo y además cobrándome la mitad

tuvieron que pasar 30 años y que mi vida se fuera a la mierda

para que por fin, una aburrida tarde de junio de 2019
-tirado en la cama después de haber bañado al perro y
pintado la cerca del patio-
una fuerza oscura en mi interior me impulsara
a escribir esta cosa y publicarla así a bote pronto para que tú
puedas ahora gozar del placer de leerla


y valió la pena esperar, ¿no crees?




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