martes, 10 de abril de 2018

el leve rastro de perfume que sobrevive al olvido


oviamente a nadie le importa ya una mierda
que te gustara aquel cantante colombiano
del que ponías el puto casete cada vez que cogías el pedo
a todo volumen

y seguías la canción berreando con tu borracha voz
oh, te amo, te amo, baby yeah yeah
mientras revoloteabas por todo el depa de acá para allá y la falda
se te subía y le dejaba verte el culo
a quien fuese que estuviera por allí emborrachándose contigo
yo mismo tantas veces, pero también
gente que se aparecía de pronto a la puerta y te llamaba prima
viejos amigos tuyos de la infancia o mis propios amiguetes
y cualquier otro especimen avecindado en los cuchitriles
de aquel jodido multifamiliar donde estuvimos 10 años
y que tumbaron hace ya rato para construir un carrefour en su lugar;

a nadie le importa una mierda pero anoche
mientras vaciaba el cuarto sobrante de una botella de whisky
escuchando entretanto en youtube el último concierto que dio juan gabriel antes de morir
celebrado en el forum de los ángeles el 26 de agosto del 2016,
al echar inadvertidamente un vistazo
a los pequeños recuadros que salen en la parte derecha de la pantalla
descubrí entre ellos nada menos que la jeta de tu puto cantante colombiano favorito
y esa simple visión bastó para que de inmediato
me viera embargado sin querer por una agridulce corriente de recuerdos

y oviamente que esto no le importa ya una mierda a nadie
pero la cosa es que entonces cerré los ojos y aquella corriente de recuerdos
me transportó al pasado y fue así cómo
volví a verte sentada en aquel sillón junto a la maceta del ficus
con un marlboro entre los labios y un vaso de brandy en la mano
donde te ponías para escuchar mejor la música saliendo de las bocinas

y fue así cómo volví a oírte graznar oh, te amo, baby, yeah yeah con tu voz aguardentosa y ebria
contoneando enfrente de tus amigotes tus curvas de clepsidra
y moviéndote de tal manera que el borde de tu falda se alzara y dejara ver a los presentes
un apreciable pedazo de aquel tremendo culazo tuyo

y volví de nuevo, como tantas madrugadas de aquella turbulenta época
a contemplarte con la cabeza metida en la taza del inodoro a las 6 de la mañana
vomitando bilis verde por la indisposición y el encabronamiento que te causaba
el hecho de que yo acabara de llegar alcoholizado hasta el culo de alguna juerga
y me hubiera puesto a darle de patadas a la puerta
para ver si lograba despertarte y que me abrieras
porque había vuelto a perder las llaves en alguno de los tugurios en que acostumbraba
gastrme la pasta bebiendo y bailando con las furcias

y del recuerdo de las furcias en general no tardé mucho
en revivir el recuerdo particular de algunas de entre ellas
el recuerdo de la yareli, por ejemplo
de piel morena tan suave y siempre envuelta en un leve rastro a perfume de coco
con la cual solía bailar de pegadito en la pista del "cadillac"
dos o tres canciones de "los ángeles azules" apretándole con fuerza el culo
antes de meternos a coger a su cuarto

y supongo que alguna profunda conexión sexual asociada al rastro de aquel perfume
hizo que allí en la oscuridad, rodeado por los fantasmas del lejano pasado
se me pusiera tiesa la verga como si hubiésemos estado de nuevo back in 1985
y otra vez tuviera yo 35 y estuviera en un pinche tugurio de nayarit
bailando abrazado al cuerpo caliente y flexible de aquella morena flaca y fibrosa
de madrugada en una de tantas noches congaleras de esa época ya por siempre clausurada
en que vivir con una mujer dispuesta a coger tres veces al día parecía no alcanzarme
para dejar cubierta mi voraz necesidad de sexo

pero digo que a nadie le importa ya una mierda nada de esto, claro
porque tú te fuiste al hoyo hace un huevo de años y tengo la leve sospecha

de que a estas alturas ya todo te da igual





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...