el camino a la entrepierna de una mujer, está alfombrado de promesas

es verdad que te dije que te compraría una casa
muebles de caoba, toda la línea blanca
ultra moderna de whirlpool, un puto mazda cx-3
último modelo con llantas anchas y rines
de aluminio edición especial
y también es verdad que te dije
que nos casaríamos por la iglesia, por lo civil y por lo pendejo
tú con el vestido de novia de tus sueños
-diseñado por carolina herrera, incrustado de perlas-
yo ataviado como un puto maricón con corbatita de moño
y zapatos de charol terminados en punta
y que después de casarnos tomaríamos un puto avión
a venecia, donde nos pasaríamos
un par de semanas de luna de miel recorriendo sus canales
en góndola, con champaña y canapés gourmet comprados en
la puta tratoria más exclusiva del rialto, y que luego
emprenderíamos un crucero en yate para visitar
las 900 islas griegas y si nos quedaba tiempo
la gran muralla china y los arrecifes de coral de la patagonia;
es verdad que te lo dije, no voy a negarlo
te lo dije ya desde aquella primera vez que nos vimos
en el parque a un lado de tu casa y nos besamos
te lo dije también en el transcurso de nuestra segunda cita
cuando además de besarte pude sobarte un poco las tetas
y te lo volví a decir e incluso me arrodillé en el piso y te lo juré por mi madre
aquella noche en que me hiciste la primera mamada
-y hasta te prometí que me quitaría la barba y me cortaría el pelo para
no verme demasiado neandertal en las fotos de la jodida boda-
ahora bien, quiero que me digas dónde mierda está escrito
que las promesas que un hombre lanza al aire para conseguir mojar la brocha
tengan que cumplirse exactamente al pie de la letra
¿nunca nadie te mintió antes para hacerte abrir las piernas?
¿y por qué lloras de esa forma cuando anoche
después del tercer palo todavía querías que te metiera otro más?
¿y cómo puedes ser tan insensible, tener tan duro el corazón para decirme
que agarre el oso de peluche que te compré con lo poco que me quedó
después de gastarme todos mis ahorros en flores y llevándote a cenar durante 19 días
-el más grande que había en la tienda, con ojos que brillan en la oscuridad-

y me lo meta por el culo?