la subasta del lote 69

llevo ya un tiempo metiendo en una caja
que guardo en el refrigerador
todos aquellos pedazos de papel higiénico con
que me limpio el semen cada vez que
me hago una paja
previendo que en algún tiempo futuro
si acaso por fin obtuviera el nobel de poesía
las casas de subasta que se especializan
en vender esa clase de objetos que cotizan
en el mercado de fetiches y cuyo valor
está en función del grado de celebridad que ostenta
la persona que los poseyó, tocó, utilizó o
se sacó una foto con ellos
considerasen lucrativo ofrecerme
una buena pasta a cambio de
mis pringosos papelitos embadurnados con los tristes residuos
de antiguas y olvidadas masturbaciones
para sacarlos a remate, en sesión online abierta al público
quizás en el mismo lote que unas bragas sucias de marylin,
la dentadura postiza de musolini o uno de los condones usados
por michael jackson para cogerse a macauley

nunca sabes lo que un puto trastornado pagaría por algo así