el puto testamento del abuelo

apenas enterrar al abuelo ya nos matábamos por la herencia
los hijos, los nietos, las furcias que el hijo de puta mantenía...

                                                                          y eso que el cabrón había dejado un testamento:

yo, apolonio villa, en pleno estupor etílico y una puta en cueros a mi lado
y porque así se me hinchan los huevos
pongo por escrito en una servilleta mi última voluntad testamentaria
caso de que no sobreviva esta borrachera

a mi primogénito obdulio, que nunca dio un palo al agua
y se ha pasado toda su vida siendo mantenido por mí
tragándose mis jack daniels y cogiéndose a mis putillas
reventando la máquina de mis 4x4 y entrando y saliendo de la cárcel
por su desagradable afición a romperle las costillas a las mujeres con las que convive
y en general jodiendo la marrana
le dejo una cubeta llena hasta arriba con estiércol de vaca
para que meta la cabeza dentro y vea si aguanta
cinco minutos sin sacarla;
a ponchito el de en medio
mariconcete desde su más tierna edad y dado a la cosa artística
sin talento desgraciadamente para nada excepto
gastarse mi dinero en putos que se lo cogieran y en primeras ediciones autografiadas
de los pinches abortos literarios de un tal paulo cuello
le dejo un palo de escoba sin escoba
para que se siente en la punta y se lo meta medio metro
por el culo;
a jocelin, mi dulce hija, mi bonbón, mi cielo
que se metió en mi cama tantas noches en lugar de su madre
cuando yo no era más que un pobre jornalero de un latifundio de frijol y chile
-casado para empeorar la cosa con una mujer huraña y renuente a la cogida-
y que a los 16 se largó de la casa para dedicarse a puta
hará de eso pronto ya sus buenos 20 años
le dejo un departamento amueblado y un bmw último modelo
y 100 mil dolarucos por si necesita darle un ajuste a sus herramientas de trabajo
que tenga para pagarse un buen cirujano de esos que te dejan el culo como nuevo;
a mi nieto manfredo, supuesto hijo de ponchito -aunque yo siempre he pensado
que siendo ponchito lo que es no ha probado nunca una vagina-
le dejo un rolex chino del todo a cien
para que cada vez que consulte la hora se acuerde de su querido abuelo
y profiera un "chingue su puta madre, pinche viejo pendejo"
como los que suele dedicarme cuando agarra el pedo en "el barrilito"
sin importarle que lo oigan mis amigas ni contar el hecho
de que toda la puta cerveza que se traga la pago yo;
a mis queridas mayra, roxie, manuela y xóchitl
amables chicas que por años alegraron las noches
que pasé empinando el codo en "el barrilito"
-y que también me alegraron otra cosa-
les dejo en partes iguales la propiedad y usufructo de "el barrilito"
sin condiciones de nada, que hagan con la puta cantina lo que quieran
excepto dejar beber de gorra al hijo de puta del manfredo;
a mi amado nieto josé, poeta de mierda, alcohólico sin remedio, suicida en sus ratos libres,
maricón por temporadas, putañero reincidente, masturbador vocacional
sacerdote frustrado, alquimista frustrado, actor porno frustrado etc
(el hijo de la chingada nunca ha sido bueno más que para cagarla en todo)
le dejo todos mis ranchos, el dinero, las tres casas con las putas que viven en ellas incluidas
el van gogh, los rembrandt, el hotelito en cancún
y la fórmula secreta para hacer villa cola, el refresco que me hizo millonario
a condición de que no vuelva a escribir un sólo verso más en lo que le reste de vida

y deje de arrastrar el honor de la familia por el puto suelo