martes, 14 de marzo de 2017

el huevo


estaba aquel fabuloso huevo
albergado en el pico más escarpado de los alpes
donde la única forma de llegar
era seguir un camino lleno de nieve
que subía por la orilla de un amenazador precipicio
azotado por un perpetuo viento borrascoso
el huevo tenía el misterioso poder
de que si lo tocabas te decía
cuál era la mayor cagada que habías hecho en tu vida
aquello que fue determinante
para que nunca hubieses podido levantar cabeza
y fueses ahora un jodido fracasado de los cojones
que buscaba explicaciones en lugar de hacer algo para
remediar las cosas
total que vendí algunos objetos
y me puse en camino para ver al huevo
y cuando llegué por fin a lo alto de aquella solitaria cumbre
extendí la mano y toqué el huevo
y el huevo me dijo sin dudar un momento
cuál había sido la mayor cagada de mi vida
y después de que me lo dijo agarré al puto huevo
y lo dejé caer desde la orilla del desfiladero
con la intención de hacerlo desaparecer para siempre de la tierra
pero en lugar de precipitarse hacia el abismo
el huevo remontó el vuelo como si hubiese sido
uno de esos torvos pajarracos de burdo plumaje negro
y se elevó hacia el cielo y se perdió a lo lejos
dejándome allí atrás en la cúspide con mi cara de idiota

y sabiendo que ni siquiera sirvo para romper un puto huevo




1 comentario:

  1. Un gran placer pasar por tu blog. Te invito a que me visites. Saludos!!
    http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/

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