lunes, 4 de julio de 2016

cuando vengas a verme


si alguna vez llegases a andar
por jalisco, y la casualidad
-o algún otro agente misterioso- te llevase
hacia el sur, y el derrotero
de tu viaje te acercara a cuautla de los alacranes; y si entonces
recordaras que "ese hijo de puta de villa vive por estos rumbos",
y además no anduvieses muy corto de tiempo ni tuvieras
un motivo determinado para no poder modificar levemente
la dirección de tu ruta; y si, en fin, la suma de todo ello
propiciara que surgiese en tu ánimo en ese momento
el irrefrenable impulso o el antojo o la simple curiosidad
de caer intempestivamente en mi casa e irrumpir así, de buenas a primeras,
en el lánguido y adormilado curso de mis días -impulso que probablemente
se hallaría inducido por el morbo de ver "cómo vive realmente ese cabrón de villa;
qué pinche jeta de perro fracasado tendrá el pendejo"-
y entraras, pues, al pueblo y te bastara luego
con preguntar en un par de sitios por "un tal josé villa
que se la vive empinando el codo y que según eso
es el mejor poeta de estos andurriales y se ha cogido a todas las putas
en 50 kilómetros a la redonda";
te bastara con eso para enterarte, digo
de que lo más probable es que a esas horas
-cualquier hora entre mediodía y las 2 am-
"el villa debe estar instalado en su lugar de costumbre:
la barra de "el apagón", sígase todo derecho
hasta pasar aquel puentecito de madera y allí en la casona de tejas anaranjadas
se mete por la puerta y hasta el fondo está la barra"
y fueras y te metieras ¡zas! por la mentada puerta
y pudieras ya vislumbrar entonces a la tenue luz reinante
entre las paredes de adobe reseco del recinto al que entraste
la figura encorvada de un sujeto como de sesentaitantos
grueso, medio calvo, espaldas anchas
apostado a un extremo de la barra frente a un vaso de whisky
y dieras, emocionado, esos últimos veinte pasos en su dirección
y te plantaras finalmente a su lado, y le echaras un vistazo de reojo
y le dijeras "qué hay, villa" como si tal cosa
como si todos los días lo vieras allí y sólo te hubieses acercado
a pedir un puto trago y nada más;
entonces, si algún día, por la razón que sea
te vieras de pronto en situación semejante a la arriba descrita,
déjame decirte, mi amado lector, para que no vayas a cagarla
que no doy entrevistas, que no hablo de mis putos poemas
que no me importa tu puta vida ni quién seas
que vivo en ese pinche pueblo de mierda porque allí no soy nadie
y que si por algún motivo se te llegase a ocurrir
la fantástica idea de "hacernos un selfie para subirlo al facebook"

voy a quitarte el puto celular y te lo voy a meter por el culo



3 comentarios:

  1. jajjajajajaj que bueno villa, así me gusta, sin confianzas. Besos.

    ResponderEliminar
  2. un enojo con el mundo de la vida un abrazo con luz para vos

    ResponderEliminar
  3. Entendido, no te buscaré ni para ver cómo eres. Se lo dejo a la imaginación.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...