viernes, 6 de noviembre de 2015

Historia real de dos jóvenes tontos.Del blog la Monstruación.

Yo tenía diecinueve años cuando fui seducido por una compañera de aula de idéntica edad, bella como su mismo nombre. No es que fuera meritorio que Estroncia me sedujera, pues por aquel tiempo remoto consideraba que todo agujero era trinchera, por lo cual, me mostraba predispuesto y accesible a todo acercamiento e insinuación de cualquier persona que tuviera vagina. Además, el clamor popular comentaba que Estroncia no era una chica que gustara de conquistas difíciles, y sabedora de que en su entorno estudiantil la circundaban más capullos que los que se abren y colorean el campo, se alejó del esfuerzo y me eligió a mí, fácil capullo entre los capullos más fáciles.


Estroncia se exhibió ante mí en una danza de galanteo e incitación revestida de un erotismo intencionado, y puso voz a esas señales como melosos encantamientos de un cuento prohibido, de tal modo que en menos de diez minutos me tuvo a su merced. Cual fiel lazarillo impulsado con la única voluntad de una libido creciente, obedecí cuando me pidió que la llevara a aquella planicie alejada cuatro kilómetros del pueblo, donde bajo el resguardo de verde floresta, jóvenes, amantes, enamorados, inexpertos y principiantes en los rituales del apareamiento, desataban la tempestad de sus apetencias y tentaciones carnales.


Detuve mi viejo coche de segunda mano en una zona que confería la suficiente intimidad, como para que Estroncia y yo liberáramos nuestras energías tormentosas y nos fundiéramos en un diluvio de arrobamiento. Pero entonces, ella, melodía que excitaba los sentidos, anhelada fruta de mi más ferviente apetito aquella noche de finales de enero, retiró su calurosa mano de mi bragueta reventada, vistió su pecho encendido y descuidando el infierno rusiente y obsceno de mi entrepierna que con tanto ardor había provocado, dijo que no podíamos continuar; no podía ser; no podíamos hacerlo. No.  Aquellas palabras cayeron sobre mí como la lápida de un gigante muerto. Y mi corazón antes desbocado, se enfrió como si sobre él se hubieran desplomado hasta enterrarlo los helados polos de la tierra.


Los únicos sonidos que se oían eran los extraños silencios del bosque y sus diminutas criaturas, claros y soberanos en aquella ausencia de posibles explicaciones o disculpas, que en aquel momento crucial hubiera agradecido y jamás llegaron. En aquella ausencia embarazosa, ensordecedora como un alarido prolongado, las únicas palabras que brotaron de los carnosos labios de Estroncia, seguras y firmes de quien ha ganado todas las lides, me pedían que la llevara de regreso al pueblo. Pero el embrujo de Estroncia ya no empañaba mi mente, y se esfumó en favor de una ira que inundaba mi alma y que hasta ese momento jamás había conocido. Pasados unos momentos en los que incluso respirar dolía, aquel volcán en erupción se apagó en un universo sin estrellas, y en aquella negrura sosegada de mi espíritu, cobijé la enormidad de mi perplejidad. Solo entonces puede pronunciar las palabras que surgieron de mi incomprensión por su negación... y de mi orgullo herido.


Bájate del coche, le dije, con una voz hastiada que no reconocí como mía. Bájate del coche, no como una amenaza o como el preludio de alguna acción de la cual más tarde pudiera arrepentirme. Bájate del coche, le dije, como la resuelta convicción de una acción perentoria e irrevocable. Y el rostro de Estroncia, duro y frío como el metal, se alumbró con una incredulidad mayúscula como jamás se vio en la cara de nadie. Como si nunca en su joven vida la hubieran hecho diana del más mínimo desplante. Segundos después, sin palabras, me preguntó con una mirada socarrona si lo dicho iba en serio, y sin palabras contesté yo señalándole la puerta con el mentón, en un gesto preñado de despecho e indiferencia.


Estroncia salió del coche apartando su mirada con desdén, en un aspaviento de nobleza teatral, y con el porte de una princesa indignada que acaba de perder su legitimidad al trono, cerró la puerta de un portazo que sonó como el estruendo de una bomba. Arranqué el coche y me puse en movimiento. Miraba a Estroncia por el retrovisor, cuya silueta en la gélida noche empequeñecía, a medida que me alejaba de aquel lugar que habría de recordarme para siempre aquella maldita aventura de amargo fin. Cuando perdí a Estroncia de vista y me quedé a solas con mis pensamientos, parecía conducir por inercia. Sentí un sabor agridulce que me llenaba la boca, y la sensación de albergar en mis tripas todo el desencanto del mundo.


Los días que siguieron a esa noche fueron surrealistas y de un absurdo atroz. Los rumores, puede que de terceros malintencionados y la tergiversación de los hechos, provocaron que el joven vulgo del instituto, impetuoso e irreflexivo, se dividiera en dos bandos de hostilidad cómica, convirtiéndonos a ambos, sin quererlo ni necesitarlo, en puntos de referencia. Las chicas, en una comprensible posición de simpatía respecto a Estroncia, me proclamaron sucio adalid de los cabrones, de los pervertidos, de los cretinos y de los capullos. Mientras que los chicos, posicionándose a mi favor e igualmente excesivos en su juicio, erigieron a Estroncia como reina bastarda de las furcias y las calientapollas

8 comentarios:

  1. loli: creo que para añadir a cabrónidas y que publique aquí se tiene que escribirle una invitación a su hotmail de cabrónidas, pero yo no sé cuál es, así que si tú tienes forma de hablar con él dile que te dé la dirección y le mandamos la invitación, y claro que preferiría que hubiera más gente publicando, porque yo muchas veces me paso días sin ocurrírseme ningún puto poema y el blog se queda inmóvil, en fin, un besote ya sabes dónde, con erección incluida

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  2. Villa no se que coño hemos hecho que hemos perdido el control de este puto blog, yo ya no se ni como invitar ni hostias, se supone que el control lo tienes tu, a mi que me registren que ya he perdido el control de esto no se si por mi culpa o por la tuya, esto no lo podemos controlar, espero lo soluciones o me devuelvas mis poderes, villa es que follar es lo tuyo pero para lo demás eres un superpatoso jjajaja

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  3. loli, el puto blog yo vengo y subo mis churros poéticos y eso es todo
    yo no tengo ni puta idea de estos asuntos modernos del puto mundo virtual y además
    siempre estoy muy ocupado con mis masturbaciones y pensando cómo conseguir
    que alguna nena me quiera dar una chupadita en la verga

    yo soy de la generación cuando la puta televisión nomás tenía dos canales y después de las 11 pm aparecían unas putas rayas en la pantalla

    ahora que te estás forrando con tu sueldo de funcionaria del pueblo, ¿cuándo te das una vuelta por mi puto rancho para llevarte a enseñar los "atractivos" turísticos?
    te estás un par de semanas y nos vamos a recorrer alcoholizados toda la región y tomas fotos de los putos cerros y los campanarios y me saco el fierro para que me le tomes fotos también

    un besote con espumita

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    1. esto desde que te lo dejé como testamento en vida mno se que coño toqué o tocaste tu que me he quedado sin poder invitar ni hacer nada, eres tonto villa, que hiciste? PORQUE FUISTE TU YA QUE ME HAS INHABILKITADO DE ADMINISTRADORA Y AHORA NO SE SI ERES TU EL ADMIBNistrador o que coño pasa aquí. Pienso que me estás gastando una broma o somos en realidad un par de gilipollas jajjajaj
      ya me gustaría ya irme a tu rancho a alcoholizarme contigo pero mi sueldo funcionarial es una puta mierda que no llega al salario base y estoy en el paro asi que me alcoholizaré y te veré telepáticamente jajjajajaj

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  4. loli, cuando te digo que yo no le moví ni le muevo nada al blog es porque así es, incluso he creado como tres o cuatro blogs durante los últimos años y al final siempre dejo de entrar en ellos porque se me olvidan las putas contraseñas y además tampoco es que me interesen mucho; de todos modos en un rato libre que tenga me voy a poner a revisar este asunto de las altas y bajas administrativas y si consigo hallarle la manera te pongo como jefa máxima, que al fin y al cabo tú hiciste el blog y tú eres la que más cosas subía

    otro besote

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    1. pues revísalo villita de mi vida y a ver si lo ponemos a tope de poesía que me está entrando el gusanillo de hacer poemas cutres de los mios jajjajaaja Besito mi villito, has visto como rima jejeje

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  5. No sé qué hostias pasa aquí, pero quiero mi ración de alcohol, panda cabrones.

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  6. Tu ración se la bebió villa que es un puto borracho pero es encantador y pendenciero fiftififti tu dedícate a escribir y ya te pondremos lo tuyo por aquí cuando estemos sobrios y sepamos invitarte a meter tus panochadas, perdón wuise decir tus cosas esas que escribes y que no lee nadie, un día de estos ya te pondremos algo, ahora a dormir que es tarde. Bona nit Cabrónidas y tu bebe colacao que el alcohol ya nos lo bebemos nosotros jjajaja

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