lunes, 26 de octubre de 2015

el puto huracán que me dejó sin cerveza


la tenebrosa sombra que se cierne sobre mi destino
amenaza con hacerme lanzar de cabeza al 
acantilado de la desesperación,
es la única frase que escribí
en la libreta que compré la mañana
del viernes pasado, cuando fui a la tienda
a comprar agua y latas de alimentos
porque estaban anunciando que al atardecer
de ese mismo día tocaría tierra
en la costa, unos cuantos kilómetros camino abajo
del pinche pueblo donde vivo
el peor huracán jamás registrado en el pacífico;
y que probablemente, una vez ocurrido el contacto
no tendríamos internet ni electricidad ni agua ni servicios básicos
durante cosa de unos cuantos días
-y eso siempre y cuando el puto huracán
no se llevara puesto de corbata el jodido pueblo
y lo fuera a tirar allá lejos quién sabe dónde-
así que compré la libreta
de tapas azules que además tenían en oferta
pensando que a falta de futbol y porno
-y siempre y cuando el puto huracán no causara
la demolición o inundación o ruina del jacalón que me sirve de casa-
me aburriría quizás un poco menos
si utilizaba el tiempo libre escribiendo en ella alguno de mis churros poéticos;
sin embargo, fuera de una lluviecita
que estuvo cayendo remolonamente durante 12 horas
el paso del puto huracán no produjo a fin de cuentas
en el pueblo y sus alrededores
ni la más mínima molestia:
ni se cayó internet ni se fue la luz ni se arrancaron los árboles
ni se inundó ni se voló el tejado de
la casa de ninguno de sus habitantes
y ya la misma noche del viernes anunciaron por la tele
que se levantaba el estado de alerta máxima y que la gente
podía volver a sus actividades de costumbre;
todo pasó tan rápido que
sólo me dio tiempo de inaugurar mi libreta escribiendo
esa frase mamona que aparece arriba de este poema:
después salí a la calle y me puse a buscar
sin encontrar un solo puto bar abierto a esas horas;
y es verdad que no se colapsó la torre de la pinche iglesia, ni se infartó la abuela
ni se llevó el viento las vacas por el aire,
pero haber acabado esa maldita noche con
tres docenas de latas de sopa de asquerosos fideos chinos metidas debajo de mi cama y
ni siquiera una puta lata de cerveza que tomarme

por momentos me llegó a parecer una tremebunda catástrofe



7 comentarios:

  1. Un dato más de los millones que aparecen cada día desde que amanece hasta que se pone el sol que indica hasta qué punto el ser humano se cree que lo sabed todo y resulta que no es cierto. Med alegro por tí aunque no encontraras la lata de cerveza porque con el huracán en activo seguro que lo hubieras pasado peor. Un beso

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  2. Un dato más de los millones que aparecen cada día desde que amanece hasta que se pone el sol que indica hasta qué punto el ser humano se cree que lo sabed todo y resulta que no es cierto. Med alegro por tí aunque no encontraras la lata de cerveza porque con el huracán en activo seguro que lo hubieras pasado peor. Un beso

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  3. Ves acumulando cervezas para el próximo huracán, o mejor un par de barriles de cerveza jjajaja

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  4. Con las cervezas no se juega. Con el huracán, menos.
    No hace absoluta gracia. O muy poquita, claro

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  5. Con las cervezas no se juega. Con el huracán, menos.
    No hace absoluta gracia. O muy poquita, claro

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  6. Menos mal que no ha habido catástrofes mayores.
    Besos.

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  7. Con tanto alboroto que se armó por el huracán, este prefirió acobardarse antes que no cumplir con las expectativas que de él se esperaba o algo así.

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