miércoles, 6 de mayo de 2015

el hermoso jardín de la vejez


voy a vivir hasta cumplir los 100 años;
mis hijos, nietos y bisnietos me harán una hermosa fiesta
publicarán un anuncio en el periódico donde pondrá:
"el venerable y gran poeta romántico josé villa
alcanza los cien años de edad en espléndida forma"
uno de ellos me recogerá a mediodía en el puto asilo
y me conducirá a la sala de fiestas en el puto carro a 30 por hora
previendo la posibilidad de que en una de esas
el coche cayera en algún puto bache y no fuera a ser
que el esqueleto del puto vejestorio arrumbado en el asiento del copiloto
terminara de colapsarse en un brinco de una puta vez;
entraré en el salón de fiestas caminando pasito a pasito
como una puta tortuga que subiera la pirámide de quetzatcoatl o algo así
encorvado, medio mareado, con tres pañales de recambio
por si me cago de pronto en medio de la jodida celebración;
la gente reunida en el lugar
se pondrá de pie al verme entrar y aplaudirá
y algunos llorarán emocionados y quizás habrá quien se desmaye
y haya que llamar entonces de emergencia a un puto doctor
para que venga y le meta dos supositorios en el culo;
después de un rato lograré por fin llegar a mi asiento
en la cabecera de la mesa colocada en una especie de tarima
para que así todos puedan ver mi puta jeta llena de arrugas
y solazarse con el espectáculo de mi decrépita figura
los pellejos bailoteando bajo mi flácida barbilla
las mechas blancas de pelo brotándome de orejas y nariz
como matojos al borde de un camino polvoriento y desierto
en medio de un árido paisaje arrasado día y noche
por un viento seco y turbio y desprovisto de esperanza alguna;
me pondrán enfrente una botella de tequila
sólo para que salga bonito en la foto porque en realidad
con toda la mierda de pastillas que debo tragarme cada día
para el alzheimer, la cirrosis, el cáncer en los huevos y el catarro
lo único que puedo tomar es un puto vaso de agua;
conmigo estarán sentados un hatajo de desconocidos
que brindarán conmigo por los viejos tiempos,
por que viva otros cien años y las pendejadas de siempre
como si pensaran que estar viejo no es una puta joda
y cada día que pasa no se preguntara uno
a qué espera la muerte para venir y llevárselo a la verga;
no faltará el pendejo que querrá parecer ocurrente
y pedirá un puto micrófono "para que el poeta nos obsequie unas palabras"
desde luego no me negaré a darles ese gusto
y cogeré el micrófono y carraspearé y me quedaré mirando al infinito
como si estuviera cavilando sobre qué asunto tratar
y no sufriendo un desvarío, como probablemente será el caso;
comenzaré a balbucear, luego de un rato, una serie de incoherencias
con la dicción entorpecida por el crónico desajuste de mi prótesis dental
nadie entenderá nada, nadie sabrá de que coño estoy hablando
pero de todos modos pondrán cara de estar casi a punto de cagarse
del placer que les causa oír las jodidas sandeces
que irán surgiendo entretanto de mi boca produciendo el mismo sonido
que produce en una de esas tardes grises y lluviosas
el granizo al caer sobre la plancha de zinc de un jodido gallinero;
al terminar mi discurso seré retribuido con una ovación
más aplausos, gritos de ¡viva el poeta! y la opinión unánime
de que ¡resulta maravillosa la lucidez que aún conserva a sus años!
luego la fiesta  seguirá el curso normal de este tipo de eventos
habrá una comilona, bailongo, ingesta de alcohol a discreción
alguna parejita follará en el baño, alguien vomitará en la mesa
dos o tres subnormales se lanzarán a recitar de manera espontánea
tristes poemas de amor llenos de maripositas que revolotean
en la sórdida noche de mis sentimientos estrujados por tu cruel traición
a eso de las 10 pm algún puto borracho me meterá en un coche
y conducirá por las calles para llevarme al asilo a 130 por hora
sin importar los putos baches "total el jodido vejete ya cumplió los 100 años
está chocho, babea, se anda cagando por todos lados
mejor que ya se muera, lo único que hace es estorbar"
de regreso en mi cuarto, marita, la encargada del turno de noche
me quitará el pañal cagado, me limpiará el culo
con una toallita perfumada, me echará un poco de talco en los huevos
y antes de ponerme otro pañal se agachará sobre mi cama
y con la boca me dará una chupadita en la punta de la verga
"para que luego no te quejes en tus amargados poemas de mierda
que la puta vida siempre te ha tratado mal, pinche villa"

y ese será mi mejor regalo de cumpleaños




2 comentarios:

  1. ¡Horror de horrores! La vejez debía estar prohibida. No es poca cosa llegar a viejo y perder la dignidad en un pañal desechable. El dios de los ateos no me permita llegar a vieja (no más de lo que ya soy, aún no uso pañal). Porca miseria.

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  2. jajajjaaajja es que me encantas villita, eres tan romántico que enamoras. Besosss

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