JOSE VILLA

AUTOAYUDA PARA PENDEJOS CRÓNICOS

te despiertas cada mañana pensando
que quizás hoy podrá ser ese día especial
en que tu suerte por fin empezará a cambiar;
llevas ya un rato preparándote física y mentalmente
para la aparición en tu vida de una puta vez
de aquello que hace realmente deseable vivirla:
una hermosa mujer con grandes tetas;
hace tiempo que dejó de ser suficiente
emborracharte y cogerte a una puta cada fin de semana
para sentir que con eso cubrías tu necesidad de afecto;
de pronto empezaste a echar en falta
la presencia de una mujer no sólo para tener sexo con ella
sino para que además compartiera su vida contigo
que despertara a tu lado todas las mañanas y sonriera 
al verte allí echado roncando como un cerdo;
que se levantara temprano para prepararte el desayuno
o llevarte a la cama una cerveza helada los domingos;
una mujer que te despidiera con un beso al irte a trabajar
y te hablara a media mañana sólo para decirte
"se me ocurrió llamarte para decirte que te quiero"
o alguna otra de esas putas cursilerías con que salen las mujeres;
una mujer que te escuchara hablar de tus problemas
de tu miedo a la muerte o tu ansiedad por quedarte calvo
que te abrazara mientras tú le cuentas por enésima vez
cómo en tu juventud cruzaste a nado el canal de la mancha
y se quedara dormida cada vez que llegas
a esa parte donde hablas de la aparición de los tiburones;
llevas ya un tiempo empeñado
en modificar el turbulento curso de tus viejas costumbres
dejaste de tomar, te metiste a un gimnasio
conseguiste trabajo como redactor de anuncios clasificados
-se solicita antropófago para comerse a mi suegra-
y borraste del celular los números de tus putas;
ya pronto hará un año que no coges con nadie
y aunque resulta difícil aguantarse estás consciente
de que debes limpiar tu cuerpo de impurezas antes de pensar
en unirte a esa persona especial que el destino te tiene reservada;
en lugar de un vaso de whisky y cigarrillos
ahora desayunas yogurt con manzana y un plato de cereal
rezas el rosario cada vez que sientes ganas de masturbarte
-vas a tener que comprarte un puto rosario con cuentas de titanio-
y cuando tus amigos te invitan a sus borracheras de fin de semana
tú te quedas en casa leyendo la cabaña del tío tom
las obras de shakespeare y los poemas edificantes y católicos
del incomparable y virtuoso san roger nelson -que en gloria lo tenga jehová-;
desde luego has recorrido ya un buen trecho
en ese camino que conduce a la vida recta y virtuosa
del que habla el filósofo chino lao tsé y san agustín menciona
en su obra magna "las confesiones de un aspirante a la santidad"
pronto lograrás alcanzar la sincronía
con los ritmos naturales del cielo y de la tierra que permiten
vivir en armonía con el verdadero sentido del cosmos;
no obstante, sin embargo, aun con todo tu yogurt
tus 800 abdominales diarias, tu cabaña del tio tom
las duchas de agua helada a las 5 de la mañana
la abominación de las putas, el alcohol, los videochat porno
aun con todo el avance obtenido enfilando
la estrecha senda de la virtud que conduce al nirvana del espíritu
la hermosa mujer con grandes tetas simplemente no aparece;
no llega, no da señales de vida, no aúlla en la oscuridad
de las noches lluviosas en algún lugar al otro lado del callejón;
no te la encuentras en el pasillo del super cuando vas a comprar
tus asquerosos yogures bajos en calorías y brócoli y apio;
no tropiezas con ella en el corredor de la biblioteca
mientras merodeas entre los estantes buscando la segunda parte
de la cabaña del tío tom o la última mierda llena de sabiduría
que el puto de paulo coelho acaba de publicar;
no la vislumbras en el gimnasio ni en la clase de francés,
no surge entre la bruma difusa y poética del amanecer
que se levanta del mar cada vez que sales 
temprano a practicar jogging por la playa;
y bueno, en fin, tampoco el día de hoy fue muy distinto 
a cualquier otro de los días transcurridos desde aquella mañana
hace más de un año cuando decidiste cambiar de vida;
te diste una ducha helada a las 5 am
bajaste a la playa y trotaste una hora a lo largo de la orilla del mar
volviste a casa y levantaste pesas durante 30 minutos
800 abdominales, 400 lagartijas con una sola mano
platón de yogurt con espinacas y alfalfa y algas marinas
300 miligramos de vitamina P que te quita lo pendejo
lectura piadosa de la biblia con dibujitos
8 horas metido en un puto cubículo sin aire acondicionado
redactando anuncios clasificados para desquitar 
los jodidos 4000 pesos de sueldo que te pagan al mes;
una hora de gimnasio al salir del puto cubículo y luego 
pasar por la librería para ver si acaso por fin llegó
la segunda parte de las aventuras en la cabaña del tío tom;
de vuelta en casa servirse un platón 
de yogurt con esperma de ballena antioxidante y tirarse a ver la tele;
en las noticias dijeron que un cuarentón en oklahoma
había ganado los 100 millones de la lotería del estado
-un tipo gordo, calvo, con cara de masturbador compulsivo-
el cabrón había vivido desde la adolescencia
subsistiendo a base de trabajitos de mierda y masturbándose
de tres a cuatro veces diarias y a sus 45 aun era vírgen;
a los 5 minutos de conocerse la noticia de su nuevo estatus de millonario 
3 hermosas mujeres de veintitantos con enormes tetas
habían corrido a apostarse frente a la puerta de la casa del gordo masturbador
alegando cada una haber sido novia en algún punto del pasado
-"cuando estábamos en el kinder yo le di un beso"-
del afortunado sujeto y estar ahora dispuestas
a retomar aquel profundo amor que a tal extremo las había marcado
que nunca jamás después del puto gordo había ninguna logrado
encontrar nada que pudiera colmar el vacío en su corazón;
apagaste la tele, lavaste el platón, te cepillaste los dientes
te pusiste el pijama, rezaste un padrenuestro y te metiste a la cama;
en el aire oscuro y caliente del cuarto viste aparecer de pronto
las enormes tetas que reventaban la blusa sin tirantes que llevaba
la supuesta novia del kinder del gordo masturbador de oklahoma;
en el aire tenebroso y tórrido del cuarto
sentiste cómo de repente se te endureció la verga;
en el aire tétrico y cochambroso y funesto del cuarto
te cruzó fulgurante por la mente como un meteoro en llamas
la idea de que necesitas triplicar probablemente
tu dosis diaria de vitamina P

y mejor si me la apuro con un puto vaso de whisky