JOSE VILLA

A una amiga que me hace ojitos


no te puedo querer ni pienso intentarlo;
es verdad que tienes buen carácter y eres una mujer sensata
joven todavía, culta, serena, discreta
tienes un departamento propio y buen trabajo
y cuando estoy con resaca siempre te apareces con cerveza
me preparas un caldo con verduras para rehidratarme
y me rentas un par de películas para no aburrirme
mientras convalezco de mis excesos metido en cama;
no dices nada cuando me encuentras en el rellano
subiendo borracho a mi depa con alguna casquivana jovenzuela
y simulas entonces que ni siquiera me viste;
sólo después me preguntarás
¿qué buscas en esas mujeres, villa
un hombre con tu cultura, tu educación, tu talento poético,
qué placer encuentras en alternar con semejantes pájaras?
me encojo de hombros porque la respuesta no la sé
quizá busco no enamorarme ya de nadie
a mi edad no tengo mucho tiempo que perder
y enamorarse requiere estar dispuesto a perderlo sin medida;
me dices que contigo tendría lo que ellas me dan
pero te equivocas rotundamente
tú no tienes su desfachatez
sus impulsos autodestructivos que reflejan los míos
su simple ser sólo un coño del cual disponer como si se tratara
de un pañuelo desechable con el que te sacas de encima los mocos
y lo arrugas y lo tiras al piso y te olvidas de él;
tú no tienes su desarraigo existencial
su aguda conciencia de que la vida
sólo es un puto pretexto para echarse unos tragos
culear todo lo que se pueda y morirse joven
-nada que ver son esas pamplinas pseudofilosóficas
que hablan de la supuesta misión trascendente que cada uno
tiene para cumplir a su paso por la tierra-
no te puedo querer porque ya estoy harto de haber querido
harto de haber negado durante años 
mi naturaleza depredadora y fornicatoria en aras de idealizar 
a una determinada mujer por cualquier excusa
un cierto toque de misterio en su mirada, quizás
o un leve acento extranjero en el timbre de su voz
-de una me enamoré sólo porque nunca se ponía desodorante en las axilas-
y una vez idealizada y separada por tanto del común de los mortales
convertirme en el estúpido al que ella manipularía a su antojo
utilizando la herramienta de dominación más mortífera jamás inventada
y a la que cualquier mujer con un poco de malicia le saca más jugo
que si se tratara de una renta de fondo múltiple en bonos del estado
sujetos a rendimiento fijo más intereses crecientes: el coño;
no te puedo querer porque sé que a mediano plazo
terminarías utilizando tu sexo igual que lo hacen todas
no a cambio de un beneficio económico inmediato
sino como el eje central en torno al cual 
girasen todos los demás aspectos de la relación;
la dinámica sexual subyacente a cada puta historia de amor
que determina luego llegar a esos estúpidos y conocidos extremos
donde si no le compras el puto carro que ella quiere
a tu amada de pronto se la van las ganas de coger,
y si no la sacas a cenar fuera con la suficiente frecuencia 
se le enfría el ardor, y se pone histérica y te tira un plato a la cabeza,
y si te emborrachas con algún amigo y luego llegas a deshoras
ella se encierra en el cuarto aun sabiendo que el alcohol
te pone caliente y al rehusarte su cuerpo 
no sólo tendrás que recurrir a las pajas para aliviarte
sino que encima el domingo siguiente a manera de expiación
tendrás que llevarla además a casa de su madre y pasarte 
hasta el anochecer viéndole la jeta a la bruja y oyendo 
sus pendejas historias de cuando vivió en un internado suizo
en lugar de quedarte metido en cama sin rasurarte
tomando cerveza y viendo el puto futbol por sky todo el día;
yo sé que en el fondo estás desesperada
porque tienes treintaytantos y ya pintas para solterona
todas tus amigas tienen años de casadas
hijos, vidas con objetivos concretos, dos o tres incluso
se divorciaron y volvieron a casarse o tienen amante,
tu madre te llama por teléfono cada noche
no para saber si estás bien o has leído algún libro interesante ultimamente
cómo sigues de tu alergia al polen o si piensas ir a verla en vacaciones,
te llama sólo para preguntarte "¿ya encontraste un hombre?"
y te recuerda que aquel cincuentón que fue tu novio hace 10 años
-ahora el hombre tendrá alrededor de 65-
hace unas semanas se topó con ella en el supermercado
y le dijo que si tú quisieras él aún estaba dispuesto al matrimonio;
cuando me lo cuentas te me quedas viendo
como si pensaras que en un súbito y anacrónico gesto de heroísmo
yo podría decirte "¿y si lo intentáramos tú y yo?"
lamento tener que decepcionarte, pero no lo voy a hacer
mi etapa heroica quedó clausurada hace ya bastante tiempo
ahora sólo soy un tipo corriente, vulgar y un tanto cerdo
y vivo conforme con mi soledad y mis rarezas;
trabajo lo menos posible y me baño cada dos días
no me peino, no tiendo mi cama, no uso calcetines
no gasto mucho en ropa ni zapatos ni tengo carro
pero siempre tengo el refri lleno de cervezas;
en cuanto cobro un cheque y dispongo de efectivo
bajo a la calle y llamo por telefono a una de mis amiguitas
las tengo clasificadas empezando por las de tetas más gordas
luego por el tamaño del culo y si saben chuparla;
mis preferidas son la mayra y xochimilca
morenas, tetonas, culonas y de piernas tan largas
que con tacones alcanzan casi la extensión
que en mis noches más obscenas alcanza mi ignominia