jueves, 3 de abril de 2014

JOSE VILLA

miércoles, 2 de abril de 2014

sin tu amor, no puedo cagar



hace tiempo no cago

desde hace más de cuarenta días practicamente no cago
-sólo alrededor de una vez por semana me veo involucrado
en un patético episodio de descarga de unos cuantos grumos mierdosos-
el doctor me recomendó comer ciruelas
all bran, agua de tamarindo y me recetó un laxante
a veces siento que estoy por fin a punto de soltar la mierda
y corro y me siento en el baño y hago fuerzas
y cierro los ojos y visualizo el acto de arrojar un buen pedazo de cagada
-como una especie de técnica motivacional para intestinos perezosos-
pero a fin de cuentas terminan pasando los minutos
y el esperado acontecimiento no ocurre

sencillamente mi cuerpo se resiste a soltar sus desechos
leí en internet que la causa puede ser psicológica
que a lo mejor en la niñez viví un incidente traumatizante cuyas secuelas
se manifiestan ahora a través de mi renuencia a cagar
he tratado de no obsesionarme con este asunto
"ya llegará el día en que habré de cagar" me digo
mientras tanto sigo haciendo lo que hago normalmente todos los días
me levanto temprano en la mañana y me preparo un café
abro la compu y reviso el facebook de aurora para ver si ha puesto algo nuevo
-pero lleva meses sin actualizar nada ni dar señales de vida-
si me siento inspirado trato de escribir un poema
en caso contrario me tiro en el sillón y me pongo a fumar
miro el techo y hago planes para el resto del día
podría bajar a la playa y tomarme unas cervezas en el muelle
podría agarrar la escoba y barrer el polvo acumulado en el piso
o comprar el periódico y buscar trabajo
o escribirle una carta a mi madre y decirle que me mande más dinero
que mis planes de escribir un libro de poemas no están saliendo como creía
que sufro un bloqueo y probablemente tardaré más de la cuenta en acabarlo
podría decirle también que no cago
"el peor episodio de estreñimiento que he tenido en mi vida -le diría-,
me pregunto si mis problemas literarios no tendrán algo que ver en ello"
-ya saben, algo así como el puto efecto mariposa-
aunque en realidad tengo otra teoría:
que no puedo cagar porque sigo enamorado de aurora
mis contratiempos evacuatorios, en todo caso, comenzaron hace 5 meses
más o menos por la época en que aurora decidió terminar conmigo
entonces incluso me pareció normal que mis visitas al baño comenzaran a espaciarse
practicamente dejé de comer después del rompimiento
y sin embargo todavía cagaba cada cierto tiempo
-incluso hay un apunte en mi diario correspondiente al día de navidad:
"maravillosa cagada hoy en la mañana, deben haber sido un par de kilos"-
luego las cosas se fueron complicando
la frecuencia de mis evacuaciones fue volviendose cada vez más esporádica
los intervalos entre cagada y cagada se alargaban
para fines de febrero había cesado ya casi por completo mi función defecatoria
naturalmente, me sentí alarmado
hice cita con el doctor y le conté lo que pasaba
"no se preocupe, villa, el hecho de no cagar no significa que se vaya a morir"
me sacaron sangre y examinaron mis leucocitos y estreptococos y pterodáctilos
"todo salió bien, villa, según los datos es usted un hombre sano"
me recetó un laxante y comer ciruelas y atiborrarme de fibra
"no se apure, villa, ya verá cómo el día menos pensado 
se encontrará arrojando al inodoro una puta carretada de mierda"
pero ni los laxantes ni la fibra han servido de gran cosa:
sigo sin poder cagar
quizás no me quede ya más remedio que esperar el día
en que encuentre una chica guapa y me enamore y me olvide de aurora
y la obstrucción en mi culo consecuentemente se deshaga;
quizás mañana me dé por abrir en la cloaca
un boquete lo suficientemente grande para meterme por él
y deslizarme dentro y escurrirme hasta el fondo


y dejarme de cagadas de una puta vez







confesión



"dime tus pecados, hijita mía"


engañé a mi marido, padre

quebranté la ley de dios fornicando con un extraño
en realidad no tengo más pecados que confesar
-siempre he sido una asidua observante de los mandamientos-
y además yo digo que en esta ocasión
ya no me quedaba otra alternativa;
claro, tengo el consolador,
pero ya se sabe que nunca es lo mismo;
de hecho me lo había estado metiendo un buen rato
esa noche antes de hacer lo que hice,
pero el coño se me acabó poniendo más caliente,
y en determinado momento ya no pude seguir aguantando por más tiempo
las ganas de volver a sentir esa sensación que se tiene
cuando a una le meten una buena verga hasta el fondo, padre,
y el cabrón de mi marido lleva ya dos meses que no me toca;
llega borracho todas las noches en la madrugada 
y tan pronto como se mete en la cama se queda traspuesto,
haga de cuenta igual que si fuera un bloque de piedra;
lo único que no le queda como de piedra es la verga
-esa le queda como de plastilina-
y yo con el volcán entre mis piernas a punto de hacer erupción;
cada noche me pongo a sobarle los huevos para ver si acaso
se le para un poquito la verga pero no consigo ningún resultado,
me meto su porquería en la boca y se la chupo un buen rato
pero a fin de cuentas da lo mismo,
el hijo de la chingada regresa cada noche 
con los huevos bien exprimidos después de cogerse a sus putas;
mi comadre eudociana me dijo que el pendejo 
ya hasta tiene una novia en el burdel
"la puta esa tiene bien enculado a su marido, comadre,
para mí que ya le están dando agüita de toloache"
total que el hijo de puta va y se desahoga con sus putas
y a mi coño entretanto se lo está llevando la chingada;
luego viene a la casa y se tira a dormir tan quitado de la pena mientras yo 
me meto desesperadamente el puto consolador de mierda
una y otra vez durante horas sin poder nunca saciarme por completo;
no se puede vivir así, padre
he allí la cuestión;
la noche en que incurrí en pecado me tuve que meter de plano
hasta la puta botella de tequila que me había estado tomando;
me la metí junto con el consolador incluso,
pero de todos modos me quedé igual:
me sentía más cachonda que una perra en el punto álgido de la brama, 
más ganosa que una burra en primavera;
"ya estuvo bueno de hacerme pendeja -me dije entonces-
con este puto pedazo de plástico" 
era ya en la madrugada y estaba borracha pero aun así
le fui a tocar la puerta al tipo que vive en el apartamento de al lado;
uno que dicen que es poeta
-así que había una probabilidad del 99 % de que fuera puto-
pero tuve suerte:
en cuanto el fulano abrió la puerta y me vio allí afuera 
vestida apenas con mi camisón semi transparente, alargó la mano 
y me apretó el culo y luego me llevó hacia adentro 
y se sacó la verga y me levantó ligeramente una pierna
y me clavó de pie en cuanto traspasamos el umbral;
y bastó nomás con que metiera la punta de su tremenda verga en mi coño 
para que yo comenzara a chorrearme del coño como si me hubiera vuelto de agua;
me estuvo dando un rato por delante y luego me puso de espaldas 
y me la metió por detrás y eyaculó dentro de lo más profundo de mi culo;
nunca antes me lo habían hecho por detrás 
pero sin embargo yo ni siquiera intenté oponer resistencia,
el tipo casi me parte en dos pero aun así yo empujaba 
las nalgas contra su verga para que me la metiera todavía más adentro;
"¡destrózame el culo, hijo de puta!"
después de coger nos chingamos un par de cervezas 
y yo volví luego junto a mi marido;
me sentía de puta madre, padre: bien culeada y bien borracha;
me sentía feliz de ser mujer y de que un hombre 
me hubiera metido por fin una buena verga y hubiera dejado 
una parte suya en la profundidad de mis entrañas;
pero cuando desperté a la mañana siguiente 
empecé a sentirme como si fuera una puta;
ya sabe, padre, por ese asunto de que una mujer casada 
no debe tener sexo fuera del matrimonio;
lo peor es que me acordaba de cómo me había cogido el poeta 
y me estaba empezando a calentar de nuevo;
y ahora no sólo estaba calentándome del coño, 
sino además también del culo
¡la maldita calentura había vuelto a apoderarse de mi cuerpo!
mi marido se fue a trabajar y yo me pasé toda la puta mañana 
tratando de no ceder a la tentación;
pero a mediodía abrí la botella de tequila y me chingué dos lingotazos
y fui a tocarle el timbre al poeta;
yo creo que él ya me estaba esperando, 
porque abrió la puerta en pelotas y con una erección descomunal
y me volvió a meter la verga allí detrás de la puerta en cuanto entré;
llevo ya toda la semana yendo a verlo cuando mi marido se ausenta,
pero la voz de mi conciencia no deja de decirme que soy una puta;
por eso decidí venir a verlo, padre,
para ver qué opina usted, santo hombre de dios:
¿cree usted que en verdad soy una puta?
¿hay alguna manera de que me sea redimido este enorme pecado?
¿y para qué se sube usted la sotana, padre?
¿y para qué se saca usted de allí esa vergota, padre?

"¡para cogerte mejor, hija de tu puta cachonda madre

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