miércoles, 19 de marzo de 2014

SARCO LANGE

la mímica hizo trampa


no sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día
 
Miguel Hernández



ahí
enfrente tuyo
hay un espejo

detrás de él
jamás una pared

pero si por esas cosas de la vida
y para sorpresa de vivos y difuntos
hallaras una de hormigón
erigida en la violencia del vacío
una muralla de manos
cabezas/ escorpiones/ amebas
vacunas/ y estropicios
bueno/ si te topas con una pared de esa calaña
apaga los animales

y reacciona

alarga la cordura
acorta la prisión

que la libertad
por puta que sea/ por guacha que parezca
por mugrienta que tenga las uñas
te va a coger del cuello
como un ahorcamiento de frases y corbatas
y poco a poco
con la pericia de una lengua rigurosamente exacta
lamerá esa miel que te chorrea por los dedos
hasta limpiártelos de edificios
de asientos y mercados
te los dejará tan suaves/ tan pulcramente iluminados
que por fin estarás lista
para dibujar arriba del agua
el barco del gozo y el sosiego

el mismo que un día se te clavó de tráqueas
en la proa bautismal
de su franca y caprichosa rebelión

en la periferia de tu vestido
blanco

luego es cosa de segundos
para que los dulces brillos de morfina
que abundan mansos en la histeria de los orfanatos
iluminen un bestial y macabro saldo acreedor
allí/ más abajo de la ternura

ternura
            locura
                       dura
                               fura
                       siempre
            rodeados
¡aleluya!



o quizás darle dos caladas extras al Ducados
por el solo ebrio manejo
de soltar el humo
a través de todos los orificios
por donde se me cría
la independencia del fervor
hasta yacer podrido encima del pasto
quitarme la ropa
quedar aún más desnudo
que todas las veces que hiciste cumbre
en el pico más alto de la belleza
y empezar a bajar
lenta/ delicada/ y cautamente
con los ojos bien abiertos
y el vértigo colgando en cada oreja
como joyas de otras ceremonias
que me calzan el aroma de tu hierba
en la perfección de la muñeca

o la revolución del cuerpo
en el suave concepto
del gritar

y la música

la música
que nunca te falte

tampoco una barra de chocolate
que te trace sanatorios
en el camino
de los labios

¿lo demás?

lo demás llega solo

parece el útero de una magia doblada
que reluce agachada y escondida
entre los muslos
    la humedad
    la histeria
    la calma
    el tilde salado de los pezones
    los teléfonos
    las estaciones del metro
    la culpa
    la caída
    el sacrificio
    el ojo
que vio lo que no viste
no por ser tarde
o yo qué sé
si para ser más hijo de puta
no me están alcanzando los días

el truco es fácil
anota:
entra a un bar del centro
ojalá media hora antes que cierre
siéntate en alguna mesa
que tenga una ventana que de a la calle
pide una ginebra doble
de esas que las carga el diablo
luego del tercer trago
apoya la nariz en el vidrio
y abre la boca
susurra lentamente un nombre
cuando se empañe
retira la cara y con el dedo índice
dibújame el silencio
que te agredió la noche
mientras yo me partía de dolor

porque a veces
la sucia y perra vida
es tan/ o más rancia
que un puñado de palabras
pulverizándose la voz

peligrosa
nociva

una divina congestión de senos
mordiéndose el abismo
tal y como cuando hacemos un poema
y luego lo corregimos de una manera irracional
uno se vuelve un poco esquizofrénico
un bastante de loco rematado
la desesperación como costumbre
la inseguridad como moneda de cambio
la incredulidad como escenario en llamas
y lo seguimos corrigiendo
durante toda la noche
acabamos destrozándonos los dientes y las uñas
nos paramos hacia la cocina
bebemos agua desde el grifo
vamos al baño
nos orinamos las manos
las secamos con papel higiénico de lágrimas
volvemos al ordenador
encendemos cigarrillos
tosemos/ eructamos/ escupimos sangre
se nos caen pedos hasta más abajo de los recipientes
borramos versos/ borramos besos
nos hacemos cómplices del morbo y la exageración
y al final/ cuando todo ya parece suficiente
cuando la amenaza de tanto exilio desbocado
nos cubre de brumas y camellos
ahí/ justo ahí
nos damos cuenta
que envejecimos lo tarde de la edad
sin siquiera haber jamás nacido

así es esta jodida y cutre vida
caprichosa
calavera musgosa de aguaceros
pero tiene un algo
que eriza el vello
no sé qué mierda es
pero tiene un algo de palomas

una actitud corrupta y veleidosa
de camas tibias o sin cuerpos
que cuando se corren de ventanas
se convierten en armaduras
en escudos
en la bizarra pirotecnia
de una mano
que me hurga la vigilia
puta madre hermana
estamos de los nervios

¿dónde se escarba de narices
el embrión de un pánico
inmerso en la homofobia de un deseo?

me lo pregunto
mientras me observo
una sonrisa vagabunda
trazándome amenazas
en el recuerdo de las palabras

¿cómo se llama esa emoción maldita
en que la patrulla represiva del insomnio
te sube por los muslos
y te alborota el enjambre sagrado
que deambula en el placer
conmocionando febril y enloquecida
hasta la fibra más delgada
del hastío?

yo creo saberlo

pero me olvido de vivirme
por no querer recordarlo


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