sábado, 15 de febrero de 2014

TOMÁS RIVERO. POETA




MIÉRCOLES, 12 DE FEBRERO DE 2014


Náyade milagrosa

Apareciera yo sobre abrojos clavado,
dichoso aún de mí,
de pronto sorprendido del torpe incidente,
del dolor febril que late en la trabajada carne.
Ángel avaro nunca me protejas.
Dudoso abril dichoso sé mi ataúd y mi sala.
Los muertos fueron sin labios verbos sedientos,
bebieron de los óleos el agua que no era.
Náyade milagrosa, son de clavicordio, endulza mis llagas.

Otras heridas habrá que se cierren,
mas la mía se abre aún, no sé,
supura lejanos paraísos olvidados,
un atril, cera de cirios encendidos, un golpe de jazz,
un jueves que viniera decente y sin corbata,
avispado, sereno, tan justo como el filo de un sable,
exacto como un segundo, como un minuto enorme.

Nosotros los vulgares hombres nocturnos
que hacemos fácil
un lunes de hermético traje descompuesto.
Náyade milagrosa son de clavicordio
¿sabes tú qué ruido es ese silencio que trae la noche
de aguas volcándose urgentes y precisas
entre mis brazos?





DOMINGO, 9 DE FEBRERO DE 2014


Hacer aquí algo resulta peligroso

Ya no poseo aquella belleza fea y salvaje
que me hacía necesario.
He perdido el encanto de potros y jaras
que me hacia incontestable.
Estoy lacio como hoja de lechuga muerta
y mastico las flácidas horas del feliz desenlace.

Ya no robo libros de sobrias librerías
ni busco músicas más allá de los altares.
Ya perdí la elegancia
la altiva majestad
de despojar vinilos elepés
de peligrosas tiendas diáfanas.
Hacer aquí algo hoy resulta peligroso.

Todo está bajo sospecha
aquí no se fía nadie de sus zapatos
y mira a sus espaldas
para ver si ese ruido de pasos
es el amigo aquel que le persigue.

Sabemos que siempre será tarde
para pagar tanta deuda.
Me han dejado solo
aquellos cobardes
que antaño fueron héroes
y que entonces estaban valientes
por que eramos muchos
en las calles y plazas
y detrás de las puertas.

Desde esta desolación
me subo a las terrazas
desde ellas veo caimanes
abrazándose a pupitres
que van tomando tierra.

El cielo se cubre de caínes
manzanas y cebollas
de senos y chisteras
culebras encendidas
y una mácula impura
de nombres negros
mortales
con azogue de vulgo.

Hacer aquí algo resulta repugnante.


JUEVES, 6 DE FEBRERO DE 2014


Deuda

Tengo el corazón tan grande
que llevo las manos de un obrero
levantando paredes de ladrillos
dentro de él.
Se alzan así mis alcobas personales,
mis estancias repletas de amor,
de martillos templados y pétalos de hierro,
el hormigón que va fraguando en mí
una actitud de vencedor de derrotas.

Me di a los demás
con un aire de cinturas
y mis caderas de hombre
eran hembras que crecían verticales
en la cal endurecida de mis huesos,
y en el agua azul de mis venas.

Tengo el corazón tan grande
porque asumo la noble soledad
de una clase 
que duerme en los andamios
de una noche eterna
y plácida
de vagos sueños
que nunca se realizan.

Tengo el corazón tan grande
porque os vi
y os debo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...