domingo, 8 de diciembre de 2013

TOMÁS RIVERO. POETA.

DOMINGO, 8 DE DICIEMBRE DE 2013

Pobre ciudad inmensa

Pobre ciudad interminable
repleta de enseres,
de aglomerados cuerpos,
de atropelladas puertas.

Pobre ciudad desolada,
apenas te nombro te derramas
sobre jardines negros
y torres sordas. La fiel penumbra.

Se mete por todas partes
un olor a carne
y carta muerta,
papel y ropa,
traje abandonado.

Pobre ciudad desierta,
cuando la boca me sabe a arena
tu nombre resbala de mis labios
como una pesada baba
de apócrifos misterios.

Ahora que la tarde deviene en noche
la brisa y yo suspiramos felices.
Qué triste se puso la puerta vieja
viendo pasar a mujeres y hombres
hechos y circunstancias,
al tiempo,
a la muerte.

Ciudad, ahora que la tarde deviene en noche
me refugiaré en ti para huir de la felicidad.

MIÉRCOLES, 4 DE DICIEMBRE DE 2013

Temblor

Llegará un día en el que todas nuestras palabras
irán entre comillas
en una doble imparcialidad
al sentido natural
de todas las emociones cogidas
por el imperdible neutral del miedo.
Un día en el que la palabra será fácil
y nombrará el vuelo de un pájaro,
unas mariposas,
el viento cálido de las faldas.

Paseo despacio por un luminoso bulevar.
Veo la manera tan rara de pensar
que tienen los árboles,
las posturas tan hermosas de aquellas
tres mujeres sentadas ante el velador tan leve,
acumulado de muslos sobresaliendo
por entre patas de sillas torneadas de secretos.
Bajan sonriendo unos hombres jóvenes
abiertas sus camisas a la mirada del tiempo.
Y todo se sitúa en un temblor perfecto y pendular.
Si no he mirado si nada es cierto si sollozo acaso.

LUNES, 2 DE DICIEMBRE DE 2013

Escalofrío

Tal vez en el silencio, a eso de las doce de la noche,
un par de horas después de haber amado tanto,
será entonces cuando ponga fin a este escalofrío
y me dedique a filmar en la oscuridad
los besos perdidos por la alfombra,
o a recoger las pelusas livianas que dejaron
los cadáveres verdes de aquellos hombres
que intentaron amarte en mi presencia.
Y en ese silencio deduzca
que si te dejo no tenga a donde ir.
Que debo asumir que tú eres mi lugar de destino,
la plaza donde quedo para mirarte a solas,
lejos del ruidoso tránsito de los hombres.
Aún me crucifican en todas las encrucijadas
y nunca hice nada para impedirlo.

Como un solo me abandono a la herida.

SÁBADO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2013

Una lengua bien amachambrada



Aquí los libros se encuadernan con tuercas.
Y se garantiza una lectura de palabras férreas.
Aquí se cose con alambre la hoja de papel
y el pie de página lleva sólidas herraduras.
Todo queda soldado con hierro,
sujeto y bien sujeto.
Nada de verbos con verborrea, ni de adjetivos
que al primer envite se les caiga el calificativo.
Todo está clavado, atornillado, remachado,
para que el pueblo no pierda su lengua.

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