lunes, 4 de noviembre de 2013
Tus ojos de las 17:23
De la prisión de las rosas
en los manuales de flora
la culpa la tienen las propias rosas,
con su etimología latina,
sus espinas cercioradas,
su fragancia sostenida
y sus pétalos premeditados
para una buena clasificación.
Lo mío, en cambio,
se aparta de jaulas y celdas
pues no tengo patria ni nombre
y mis unos traicionan los treses
y mis versos corrigen poemas
y mis verdes se tornan azules
y apenas cumplo mis promesas
sino al casi nunca por ciento:
qué manual iba a escribir yo
salvo aquel que titulara
“Desdiciéndome”
o “Nuevas rectificaciones”
o “Tus ojos de las 17:23”.
en los manuales de flora
la culpa la tienen las propias rosas,
con su etimología latina,
sus espinas cercioradas,
su fragancia sostenida
y sus pétalos premeditados
para una buena clasificación.
Lo mío, en cambio,
se aparta de jaulas y celdas
pues no tengo patria ni nombre
y mis unos traicionan los treses
y mis versos corrigen poemas
y mis verdes se tornan azules
y apenas cumplo mis promesas
sino al casi nunca por ciento:
qué manual iba a escribir yo
salvo aquel que titulara
“Desdiciéndome”
o “Nuevas rectificaciones”
o “Tus ojos de las 17:23”.
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