sábado, 30 de noviembre de 2013

LA MONSTRUACIÓN.

Despiertas sin sobresaltos pero de repente, como si en algún lugar se hubiera pulsado un interruptor, y recuperas la certeza de tu existencia como si algo o alguien hubiera abierto una grieta en tu subconsciente por donde se cuela una luz blanca. Sin embargo, es una certeza nueva, prístina; donde no existe ningún tipo de información salvo la sensación de verte sometida a una especie de compleja reprogramación vital en la que no hubo nada antes de tu despertar. No sabes cómo has llegado hasta allí, ni recuerdas nada salvo algunas imágenes que te parecen fotogramas de otra vida que no tienen ningún sentido para ti: la onda expansiva de una explosión devastadora devorándolo todo a su paso, y un cuerpo de mujer pulverizándose en medio de aquel infierno. Todo concentrado en un microsegundo que dio paso a un final inesperado y abrupto.


Despiertas y te ha parecido estar sumida en una pesadilla, o acaso en un sueño de profundidad abisal e infinita, donde te contemplabas a ti misma en un sobrecogedor silencio cósmico, ingrávida en el vientre materno cuando todavía estaba todo por empezar. Te encuentras en posición horizontal bajo el techo de una sala de luminiscencia azulada, fría y aséptica. Un silencio intranquilizador ocupa la estancia, roto quedamente por las intermitencias electrónicas de una extraña tecnología digital que te rodea. Algo va mal, piensas. Tratas de obtener respuestas intentando retrotraer tu nueva consciencia a un pasado que ya no existe, y tu subconsciente se pierde en la ausencia de los recuerdos y vivencias que ya no están. Despiertas y te ha parecido el letargo finito de toda una vida y te miras a ti misma sin reconocerte, renacida en una inquietante anatomía de sangre, automatismos y ciencia cuya única humanidad reside en esa pequeña grieta que se abre en lo más recóndito de tu mente.




Publicado Por Cabronidas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...