SÁBADO, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2013
RESUMEN DE UNAS PALABRAS TALLADAS EN UNAS TABLAS DE PIEDRA.
I
El caracol que anduvo arrastrándose desnudo
toda la noche
dejó reliquias de semen por la alcoba,
un collar de estrellas en tu piel,
un periplo de natas y rescoldos
de éxodo y saliva.
Su baba lubricó nuestro amor lo suficiente
y amarnos nos fue fácil.
Te quise como se quiere
cuando se quiere siempre.
Un perdón inútil y un tú lo sabes
no me abandones,
ayúdame en los trámites.
Y un hasta luego
repíteme aquel beso
que quiso ser solemne.
La baba se secó y ya me has olvidado.
El caracol jamás ha vuelto.
II
Fue mucho después de haber amado al caracol
cuando ella se dio cuenta de que nunca podría recuperar
el sentido blando y lechoso del esperma
su pegajosa temperatura;
el rastro de baba que dejó el gasterópodo en sus labios
la encadenó a la miga blanca humedecida en leche
y en su memoria no hubo sitio para amantes
aunque fuesen hombres con pene de lombriz.
El caracol que anduvo arrastrándose desnudo
toda la noche
dejó reliquias de semen por la alcoba,
un collar de estrellas en tu piel,
un periplo de natas y rescoldos
de éxodo y saliva.
Su baba lubricó nuestro amor lo suficiente
y amarnos nos fue fácil.
Te quise como se quiere
cuando se quiere siempre.
Un perdón inútil y un tú lo sabes
no me abandones,
ayúdame en los trámites.
Y un hasta luego
repíteme aquel beso
que quiso ser solemne.
La baba se secó y ya me has olvidado.
El caracol jamás ha vuelto.
II
Fue mucho después de haber amado al caracol
cuando ella se dio cuenta de que nunca podría recuperar
el sentido blando y lechoso del esperma
su pegajosa temperatura;
el rastro de baba que dejó el gasterópodo en sus labios
la encadenó a la miga blanca humedecida en leche
y en su memoria no hubo sitio para amantes
aunque fuesen hombres con pene de lombriz.
Publicado por Tomás Rivero
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