domingo, 8 de septiembre de 2013

SARCO LANGE

imposibles tardanzas





ponte tú que se llama Alberto

- Hola, buenos días, una pregunta, ¿cómo está Alberto?...
- Bien!

cuarenta años más tarde:

- Hola, buenos días, una pregunta, ¿cómo está Alberto?...
- GRAVE


o ponte tú que no se llama Alberto

ponte más bien
que eres tú

y ponte, además
que se te escapó la vida
por entre las manos
y no pudiste hacer nada

o cierra los ojos
(estás muerto)

no hay segundos actos
no hay más doctrina
que un verso
agitado detrás del viento
el día menos pensado
en la mujer

ese en que fuiste
un estado de coma
o el delirio de las manos

¿varón, te premió la euforia
cuando ibas camino
a la horca de un orgasmo?

¿mujer, has sentido la humedad
donde parimos la muerte?

¿te dormiste magistral
en una cama repleta de luces
mientras a lo lejos
una cerradura se abría
lentamente
y se asomaba el delicado frenesí
que nos indujo a pensar
si realmente los padres
nunca fueron nuestros verdaderos asesinos?

¿los que nos aseaban el culo
después del llanto y la derrota?

fuimos libres
somos nada

tengo una embriaguez de tulipanes
que me raja tu ausencia
cuando me pongo a morir
       o cuando me salgo
       de tu casa

voy día por medio al campo donde habitan mis fantasmas
y día por medio vuelvo a ver a Satanás

y tengo un árbol, es un pino, tiene 15 metros de eslora y 178 multitudes de ancho para que nunca lo tale la mano que me asesinó siendo tan sólo un aprendiz de jorobado

límpiate las manos
con el sudor perpetuo
que mana del pulso suicida
límpialas y límpiame también la herida
no la que sangra, esa no se limpia
límpiame la que erigió tu nombre
mientras los genios absurdos del vacío
se masturbaban entre ellos
cuando caía la noche
y la poesía era la corona dulce del infierno

voy día por medio al campo, muero día por medio

pero mañana me voy a beber la angustia de la tierra

me lavaré en el veneno místico de los funerales, ríete, tengo un hijo atragantado en la memoria, es precioso, tiene ojos verdes, marginales, y grita como una hiena cuando le arrancan los genitales en las noches precipitadas de inmundicias

     voy muerte por medio 
     al abrir de los caballos

voy a recoger 
la mujer que se derrama
y no sabe
verter el mar
hacia fuera

voy a salirme un rato del poema, quizás me compre una corbata y un llavero para poner las puertas que no tengo, también me voy a comprar una maleta para que sea mi nueva investidura, intentaré pronunciarte arriba de los precipicios hasta saciarme de olvidos y plantar una bofetada en el centro del placer

hay un misterio
que se corrompe en azules
cuando de plena
te escarbo la piel
para enseñarte mis despacios
 
hay una trampa
debajo de tus ojos
que trina por lo antiguo
 
por lo irremplazable

el día que me vaya es porque nunca me habré ido, saldré a canjearle una resurrección al ceño fruncido de tu carácter, ebrio como una pistola adentro de una colmena de acertijos, silbaré el cansancio de sabernos tanto en el tan poco

mostraré las navajas al mismo tiempo que los estandartes, la victoria de una pérdida y los diplomas y medallas de una mano que enloquecía saludando a los ferrocarriles de tu espalda

por no escaparte
en el labio
maldita y bella
me delinquí

sulfurarte hasta el delirio, mostrarte la encía y decirte mira princesa, tenía tus muertes en mis dientes y ahora estás más viva que nunca
                                                      en mi vacío

poemas bastardos
eso son los poemas
son unos bastardos
que le lamen el ego mierdal
a quien no se sabe olvidar
tan rápido

esquizofrénico sopor y valentía 
ponerse a escribir
cuando el cuerpo
cuando tu cuerpo
cuando el amor

por eso, creo, se inventaron los países, las distancias

por eso desde lejos se arrojaron promesas sobre el vello y había un mar y el océano nunca fue el mar porque el mar ocultó la esquizofrenia de los alborotos. O dicho de otra forma, tanto

y el anillo será
la serpiente atroz
de las montañas

soñamos bailar, predicar el morbo arriba de los escenarios, bajarle las bragas a la codicia y terminar travestidos debajo de un puente en una puta calle de Alemania

haciendo el amor sin soltarnos de las manos

    ¿cuándo fue la última vez que te dijiste de todo?

    anoche tuve un sueño erótico, soñé que te follabas las luces de un eclipse

o esa tarde de dibujos en los ojos, bolígrafos de sangre
en el patíbulo abismante
de una poesía

(o saberte en la sonrisa de un rostro de percal, agachada para que no te vean los bosques crecer)

o
detrás de
los relojes

y tú
inmortal

¿escuchas el canto de los grillos
que se quitan la piel
para dejar partir
el tumulto de sirenas
que se ahogan entre los besos nunca dados?

quizás un quizás es como el filo demente de una plaga inmortal que se inmiscuye entre los labios cuando el cuerpo necesita abrirse, acoger el hijo que viene azotándose en las edades del viento, un verano, un verano no cabe en el recuerdo pero sí en un trauma de matorrales

o en el vector privado de nuestras desnudeces

bendita
la caída entre la niebla
que ocultó el cuerpo
pidiéndome 
la sed

marcándote de abismos
como el tatuaje
que se despega de tus piernas
por no poder callar

o una apuesta macabra 
arriba de los sauces
a una hora
en que no anda nadie por la calle
y se oyen gritos
gritos de mujer
gritos de hombre
gritos infantiles
gritos de las personas viejas
gritos estúpidos
pero no anda nadie
entonces piensas
que es una muerte distinta
que se despojó de sí misma
para ponerse a nacer
contigo

en ti
en mí
en el nido
de escarcha
que sucumbió
al espasmo

porque veo faunos por todas partes, reliquias que se aprendieron de memoria el nombre vetusto de nuestros eternos funerales
 
y
denigrar la palabra muda
desde afuera de las pesadillas
reír
como una especie de loco pacífico
recuperar toda
y cada una de las malditas limosnas
que le he dado a los mendigos
a lo largo de toda mi vida
y ahorrarlas de nuevo
centavo a centavo
como si fuesen pájaros
 
juntarlas
 
para cuando tenga inviernos
de ti
 
 
 
 
 
 
 
 

















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