jueves, 29 de agosto de 2013

Librería Fuenfría. Rafael Reig, ahora librero.


Menú Fuenfría

En la librería hay un menú del día, aunque a veces dura varios días, porque ya se sabe que los platos de cuchara están mejor recalentados al día siguiente.

Ahora los libreros ofrecen este menú:

Los libreros con el menú Fuenfría

De primero: El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgeral, por sólo 8,95.
De segundo: Un momento de descanso, de Antonio Orejudo, por sólo 17.
De postre: las Poesías Completas, de César Vallejo, a 16.

Los libreros consultan con expertos en nutrición, por supuesto, para componer un menú equilibrado, qué te creías.

El primer plato es un clásico moderno, algo así como una ensalada fresca y sabrosa o un cóctel de gambas, que desde el primer bocado te coge por las solapas. Así empieza El Gran Gatsby:

In my younger and more vulnerable years my father gave me some advice that I’ve been turning over in my mind ever since.
“Whenever you feel like criticizing any one,” he told me, “just remember that all the people in this world haven’t had the advantages that you’ve had.”
Que debe de ser, sobre poco más o menos:

Cuando me encontraba en una edad más joven y vulnerable, mi padre me dio un consejo al que desde entonces no he dejado de dar vueltas en mi cabeza.
--Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien --me dijo-- sólo tienes que recordar que no todo el mundo ha tenido las mismas ventajas que tú.
 ¿Quién podría resistirse a probar un primer plato tan espectacular?

Ayer se nos acabó el segundo plato, que era Reconstrucción, de Orejudo, y tuvimos que sustituirlo por otra novela del mismo autor que teníamos en una tupper en el almacén. Un momento de descanso es una gran novela, tan sólida y tan digestiva como un roast-beef o un lomo alto a la parrilla; una sátira de la universidad española rellena de una reflexión insólita y sugerente sobre la claudicación.

Los libreros sospechan que hoy se les va a acabar el postre, y a ver qué les pondrán a los lectores si se quedan sin Vallejo.

Vivir sin haber leído a Vallejo es algo que da lástima.

Si se acaba Vallejo en una librería, cunde el pánico.

Ganas dan de empezar a recitar...

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía. 

Y seguir hasta acabar a gritos el poema:

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquella... Y
repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!

Más que un postre, Vallejo es postre con café y copa y puro.

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por esa librería tan tan tan preciosísisisismaaaaaaa jajajjaj. Abrazos.

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  2. Sí la verdad es que suena muy suculento!

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  3. Muy buen menú. Gracias por ser tan originales, un blog diferente. Me gustó.

    mariarosa

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  4. Muy buen menú. Gracias por ser tan originales, un blog diferente. Me gustó.

    mariarosa

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  5. Muy buen menú. Gracias por ser tan originales, un blog diferente. Me gustó.

    mariarosa

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