miércoles, 26 de junio de 2013

SARCO LANGE




la promesa y el precipicio




¿has intentado
bajarte del árbol
al cual subiste
cuando eras aun un niño sin problemas
sin muertes
sin poesía, un niño feliz
lleno de padres y de madres
y autitos de latón
que cuando chocaban entre sí
nadie resultaba lesionado?

¿recuerdas cuando en casa
la mesa estaba servida
y mamá siempre hacía una sopa con letritas
que tu te ponías a ordenarlas en el borde del plato
las juntabas y escribías no conozco todavía de ataúdes?

cuando nos bajamos de ese árbol
y miramos hacia atrás
ya no había árbol, ni tronco
ni paisaje, no había luces ni madres ni padres
sólo un hueco negro que nos comenzó a tragar
de una manera obscena, escalofriante
y corrimos veloces hasta el horno más cercano
nos refugiamos ahí, agazapados, muertos de miedo
acabados por el frío
y nos dimos a la tarea de crecer

o de empezar lentamente a morir

formamos pandillas
nos pusimos a masturbar de una forma escandalosa
antes de los 25 muchos ya habían asesinado a alguien
o sencillamente
perpetraron atracos a farmacias

algunos estudiaron, hicieron bien las cosas
se casaron, tuvieron hijos
no se les murió ninguno en la maternidad
volvieron a casa
se pusieron a comprar pañales
mientras las esposas
tejían bufandas para el invierno

otros consiguieron becas
estudiaron 5 años en la universidad
y en las horas libres
planeaban cómo chuparle el coño
a la profesora de álgebra
mientras con el dedo índice
le escarbaban el ano

pero también estaban los otros
los forajidos del nunca jamás
los que indujeron a sus novias
a hacerse un aborto en una clínica periférica
y les juraron a sus chicas
que después del genocidio maternal
iban a rectificar el curso de tanta masacre
y todo iba a ser distinto
pero no fue así, siguieron follando enloquecidos
y en vez de risas
lo que abundaba eran lágrimas de sangre
torrentes de angustia
por haber descuartizado
un cuerpito inocente e indefenso
que quedó sepultado
en un receptáculo de acero inoxidable
convertido en coágulos toscos
que un ángel siempre se encarga de llevarlos al cielo

otros se pusieron a hacer poesías
inventaron sus propias reglas
y nunca supieron
que toda la poesía ya ha sido escrita
que ya no hay nada bajo los pezones de la musa
desconociendo que las palabras herméticas
sólo producen escozor en quienes las quieren entender
pero siguieron escribiendo
y los amamos por eso
por la tenaz barbarie de los otoños-presa
por la franca disolución
de los caballos que ya están cansados
de aparecer tanto en los poemas
y seguían, querían ser famosos y leídos
el ego se les fue a la plataforma vana de un orgasmo visceral
escribían de noche y después se masturbaban
les quedaba, a los hombres, el semen colgando entre los dedos
algunos lo lamían y creían que eso era muy cachondo
mas toda erección siempre acaba en un lamento
y las mujeres se metían el dedo en sus orificios
y se quedaban mirando sus carnes frente al espejo
(aquí el poema miente, las mujeres siempre se masturban en sus habitaciones
y los hombres en el baño, pero en las habitaciones también suele haber espejos)

algunos fueron padres y madres muy jóvenes
otros se perdieron en las calles
hicieron del alcohol su gran y único dios
entraron a un Mc Donald´s y pidieron hamburguesas
luego salieron y eructaron mirando el cielo
pasaron mendigos y les tocaron el hombro
pero en vez de darles monedas
les ofrecieron cigarrillos

después vino lo de siempre
la enfermedad, la tragedia
las buenas personas que se marcharon de esta tierra
dejando huérfanos abrazos y caricias
y fuimos a funerales implorando fuesen bautizos
pero el agua bautismal caía desde el techo de las capillas
como arroces malditos
en busca de un viento maricón

y nos cansamos

nos agotamos

muchos se enamoraron en el camino
y otros murieron
arrollados por ferrocarriles

hubo ancianos postrados
ancianas que jugaban con muñecas
niños violentos que fumaban a los 9 años
demonios en cada esquina guiñándonos un ojo
putas y putos y cafiches y desgraciados
y pedofilia y traiciones y abandono
y misericordia de la mala y estambres marchitos
y cáncer y coprofagia y homicidios y felaciones
y ándate de casa que esta casa ya no es tuya
y me voy concha de tu madre porque tu nombre es mi derrota
y llévate tu sucia cara de mi recuerdo
y te amo porque me amas dentro del odio
y te amo sin odio pero quiero que te mueras y ojalá sufriendo

y también están los otros
los que se creen pájaros
los mejores
los amados

los que caminan por las calles
de la mano de su propio desalojo

los honestos
en su franca hipocresía

los perseguidos

los que ven en el poema
una escalera

los que la treparon
como quien trepa
el árbol del inicio de este poema

los que se cayeron

y una vez abajo
azotados, reventados
se perdonaron
cegados por la niebla










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