martes, 21 de mayo de 2013

MONTOYA. ESCRITOR Y POETA.


 

martes, 21 de mayo de 2013

Historias de la abuela


Capítulo 1.- La excursión. 
A principios de los 60, recién llegada mi abuela a Lavapiés un domingo se fue de excursión con una vecina de un pueblo de Badajoz, que también llevaba poco en Madrid, ella era unos años mayor que ella, fueron al Real Palacio de Aranjuez, tanto ella como mi abuela habían vivido y sufrido muy de cerca la guerra civil y la post-guerra que fue especialmente dura en las zonas rurales. 
Llegaron al palacio las dos amigas y quedaron sorprendidísimas con las gigantescas estancias, las lámparas de araña y cristalería fina, los cuadros, los muebles, los ventanales... Mi abuela que poco más que su pueblo y la portería de Lavapiés donde trabajaba había visto quedó tan sorprendida al ver esos jardines tan majestuosos, los mosaicos de las pareces, los techos altos y con figuritas de escayola y frescos en el techo.
Mi abuela no alcanzaba a recordar cuántas habitaciones visitó, habitaciones donde los reyes se iban a fumar con las visitas y tenían los encuentros con sus amantes
La otra mujer después de quedarse tan impresionada de repente empezó a sentirse mal, estaba triste, pero empezó a enrabietarse, decía:
-María, ¡Con el hambre que hemos pasado! con las penurias que hemos tenido que soportar ¡esto es una injusticia! Qué vida se ha estado pegando esta gente cuando nosotros moríamos de hambre, tengo 50 años y es la primera vez que salgo de excursión y veo estas cosas, todos mis hermanos murieron en la guerra, desde los 8 años estoy trabajando sin parar, no se leer ni escribir, solo he trabajado desde casi que tengo uso de razón, esto no es justo.
La señora empezó a cabrearse cada vez más y empezó a subir el tono de voz, iban en un grupo y la visita estaba guiada por una persona trabajadora del real sitio. 
Mi abuela intentó calmarla, la gente empezaban a mirarles de reojo y el guía no le gustaba lo que escuchaba. 
La señora cada vez más indignada y mi abuela al final tuvieron que salir del palacio porque el guía dijo que era lo mejor... Mi abuela estaba de acuerdo con lo que decía pero en esa época lo mejor era no quejarse, a ver si te iban a tomar por un comunista.
***
Capítulo 2, El abuelo de mi abuela. 
Mi tatarabuelo, Valentín, era de un pueblo de Toledo, las Herencias, por las fechas que me da mi abuela calculo que nacería entre 1860-1870. Me cuenta mi abuela que era un hombre muy grande, era el más alto del pueblo y estuvo combatiendo en la guerra de Cuba en 1898. 
Al poco tiempo de su regreso de Cuba, tuvo una discusión con un terrateniente para el que trabajaba segando cebada, por lo que cuenta mi abuela el señorito y su hijo le intentaron pagar menos de la mitad de lo que habían pactado en un principio, mi tatarabuelo que acababa de tener a su hija (mi bisabuela) en un arranque de rabia por semejante injusticia, sacó la navaja que siempre llevaba en el cinturón y se la clavó al cacique primero en el vientre y luego en el pecho, el hijo del señorito al ver la escena salió corriendo campo a través y mi tatarabuelo detrás de él...
Al final no consiguió atrapar al hijo del cacique pero si que le atraparon a él, estuvo 13 años en una prisión de Alcalá de Henares, a mas de 150 km de su familia, pero no os creáis que allí se estuvo quieto, intentó escaparse varias veces, en una de sus intentonas, fabricó una especie de muñeco para soltarlo desde la única ventana sin barrotes que había en la torre más alta de la cárcel, le ató una cuerda y lo soltó por la ventana para ver qué sucedía, pero rápidamente oyó como cosían a balazos al pobre muñeco....
Al salir de la cárcel, según se cuenta ya no fue el mismo, dicen que se le fue un poco la cabeza, bebía bastante y su carácter exaltado cada vez era peor, comenzó a trabajar de guarda en una finca llena de olivos cerca del pueblo y dio la casualidad que uno de los jornaleros fue su compañero en la guerra, cuentan que cuando se encontraron estuvieron 2 días y 2 noches enteras bebiendo y recordando lo que habían pasado en aquel lugar tan lejano para la época de nuestros tatarabuelos, justamente este viejo compañero tenía un hijo de la edad de mi bisabuela con el que mi tatarabuelo decidió que su hija se casaría. 
Ya con 50 o 60 años, a finales de los años 20 mi tatarabuelo siguió delinquiendo, ya había nacido mi abuela (su nieta) y decidió ir a robar melones y sandías al otro lado del río Alberche, para que la familia tuviera para el verano; tenía que cruzar nadando el río por la noche y cargar con un gran saco lleno de estas frutas, por lo que decidió quitarse la ropa y dejarla oculta en unas zarzas... El hombre de 2 metros desnudo cruzó el río y llenó el saco de melones y sandías, a duras penas cruzó de vuelta pero con el peso del saco y la corriente del Alberche, parece ser que apareció en otro punto diferente al de partida, la orilla del Alberche en la zona de Cazalegas, está llena de zarzas, por lo que le fue imposible encontrar la ropa. A la mañana siguiente apareció en el pueblo completamente desnudo y con un saco lleno de fruta robada; como era tan alto nadie en el pueblo tenía ropa para dejarle y mi bisabuela tuvo que improvisarle un atuendo con las telas del mismo saco que traía. 
Poco antes de morir, ya en los años 40, se ve que seguía con su espíritu rebelde y canalla a sus casi 70 años, comerciaba de vez en cuando ilegalmente (estraperlo se llamaba) con el grano que iban a moler a los molinos del pueblo de al lado, es decir, él llevaba a los molineros grano a un precio mucho más barato que el del mercado de la época; por la noche echaba varios sacos a una carretilla y se hacía el camino andando hasta el pueblo de al lado. Le avisaron varias veces que la guardia civil le sorprendería con el grano y le darían su merecido, es decir, le quitarían el grano y se llevaría una buena paliza, pero él decía que no tenía miedo ni a la guardia civil ni a la cárcel. 
La guardia civil se había endurecido y corrompido más aún si cabe con la llegada del caudillo, llegó la noche en que sorprendieron al viejo Valentín en medio de la nada, 4 guardias civiles le pegaron una buena paliza al hombre y se llevaron sus sacos de grano, probablemente para venderlo ellos mismos; a la mañana siguiente le recogió un pastor cuando le encontró tendido medio muerto a un lado del camino.
Pasó sus últimos años en casa con mis bisabuelos, mi abuela y sus hermanas. Cuentan que tuvo mal carácter hasta el día de su muerte, despreciaba a todo el mundo que se acercaba , tiraba la comida que le servían, cuando le dejaban solo se escondía dentro del pozo para asustar a su hija... que la pobre hasta deseaba que se ahogara algún día, de todos los disgustos que le daba el hombre... Mi abuela cuenta que los pocos días que estaba contento enseñaba canciones a sus nietas que a día de hoy todavía recuerdan, Valentín decidió acabar con su vida más o menos en el año 1943 o 44, una noche de enero dijo que estaba harto de vivir y se acostó en la calle semidesnudo para que la helada acabara con él y con su espíritu rebelde.
***
Capitulo 3, La guerra civil
Mi abuela,con 87 años está muy lúcida. Me preguntó por las manifestaciones que se están repitiendo semana tras semana, ve en la televisión como los policías dan los mismos palos que en el franquismo. Me aconsejó que no fuera a esos sitios, me dice : 
- En esas situaciones todos son peligrosos.Lospolicías no miran a quien pegan ni a quien detienen. 
Y me contó como percibió ella la guerra civil cuando tenía entre 11 y 14 años.
Vivía en un pueblo cerca de Talavera de la Reina, me contó que los que primero llegaron al pueblo fueron del bando republicano y que sacaron todos los cuadros y las imágenes religiosas de la iglesia y las quemaron, y que cogieron a los dos hombres más ricos del pueblo los llevaron a las afueras (fuera de la vista del resto) y los mataron, las viudas de estos "ricos" fueron desprovistas de las posesiones de sus maridos asesinados y repartidas a los más necesitados del pueblo y también una parte para comprar armas y municiones. Algunos ricos consiguieron escapar o esconderse, según mi abuela, los más listos, y los que menos se metían en política.
Luego llegaron los moros (así los llamaba ella, eran mercenarios del bando franquista) que casi no hablaban español y soldados que incluso luego Franco mandó matar o deportar... Estos sembraron el terror en el pueblo, violaron a algunas mujeres, mataron a los hombres delante de ellas incluso, las viudas eran obligadas a cuidar de los soldados, bajo amenazas de muerte (mi abuela recuerda como estos soldados hacían el gesto de cortar el cuello a estas mujeres). Las viudas en ocasiones eran humilladas en la plaza del pueblo,  se les rapaba la cabeza y se les azotaba para que quedaran marcadas.
 En los registros de los jornaleros aparecía si en algún momento habían solicitado la jornada de 8 horas, estos también eran asesinados entre burlas. A los padres de mis abuelos se les culpó de chaqueteros, todo el pueblo les miraba mal, pq mi bisabuelo era republicano, pero cuando llegaron los moros, se hizo pasar por franquista, (tenía 5 hijas) para que no tocaran a su familia.
Los señoritos del pueblo se aprovechaban de los jornaleros, hasta les pagaban con dinero falso (duros sevillanos) y si alguno se quejaba o protestaba se le hacía un tribunal de guerra y terminaban ejecutados, fueron años de mucho hambre y miedo, me cuenta también.. Mi abuela dice que lo mejor era callarse para no correr riesgos. Mi bisabuelo no tuvo valor para huir a Francia, (por el camino pillaban a muchos y casi eran ejecutados al instante) pero los que no quisieran cambiarse de chaqueta solo podían intentar huir o dejarse asesinar.
Cuenta también que en épocas previas al levantamiento, durante la República, los señoritos compraban los votos para alcalde a cambio de algún privilegio, o regalo (una oveja, o grano)
Con toda esta historia mi abuela me quería aconsejar que lo mejor que se puede hacer, es callar, no montar follón, y tragar con todo, para evitar la cárcel, los palos, el hambre, el miedo y hasta la muerte...
Este consejo me lo trasladaba también al ambiente laboral y al familiar,  me decía que a mis suegros,  no les sacara el tema de la política, que los padres no quieren que sus hijas anden con un tío peligroso. (para que no tenga roces) (lo que me explicaba un día Batania, de escoger el perfil que ellos esperan de ti, pq los demás irán siempre en tu contra.)
Y yo me pregunto, ¿¿de verdad que tengo que tener una actitud similar a la que tenían mis antepasados en la guerra civil?? ¿¿de verdad que hemos avanzado tan poco??? ¿¿Es que en este país estamos condenados a estancarnos es este episodio negro de nuestra historia?? ¿pero por qué? ¿Por qué se permite esto? ¿Pq siempre vamos a ser el último mono de Europa por estas cosas? ¿ qué oligarquía es la que está tan arraigada al poder, que no la hemos derrocado en siglos?

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