Yo quise tener unas risas
que sembraran mantos de estrellas,
balancear noctuna
tus sueños sobre mi mano
y acunar misterios
en la cercanía de mis tejados.
que sembraran mantos de estrellas,
balancear noctuna
tus sueños sobre mi mano
y acunar misterios
en la cercanía de mis tejados.
Pero fui estéril y
de nada me sirvió el rapto;
aún así parí una bestia,
sola,
en el manantial de la noche,
y con las agujas anunciando
el miedo que llevaba puesto.
de nada me sirvió el rapto;
aún así parí una bestia,
sola,
en el manantial de la noche,
y con las agujas anunciando
el miedo que llevaba puesto.
Quien diría que mi cuerpo
eligió muerte cuando
pudo albergar la vida.
eligió muerte cuando
pudo albergar la vida.
Sin embargo
y a pesar del abrupto apagón
de las luces de verbena
yo volvería a pasar por las brasas,
sólo, por escuchar tu risa.
y a pesar del abrupto apagón
de las luces de verbena
yo volvería a pasar por las brasas,
sólo, por escuchar tu risa.
Que poema tan emocionante, gracias Luz por este regalo que nos haces. Besos.
ResponderEliminarGracias, siempre a ti.
ResponderEliminarUn abrazo!