poeta romántico y sentimental
martes, 5 de febrero de 2013
las cachondas y fornicadoras testículas de jehová
rebequita reparte revistas atalaya por la calle los jueves y los sábados
y los jueves y los sábados yo me emborracho
(no es ninguna coincidencia, porque también me emborracho
los otros 5 días de la semana)
ella toca la puerta de mi cuarto a eso de las 2 p.m.
y yo la invito a pasar de inmediato
ella se sienta en una silla frente al sillón y me informa de que jehová me ama
y yo me siento en el sillón y le digo que el amor comienza por los ojos
ella sostiene que el fin del mundo no tarda en producirse
y yo le aseguro que a muchos ya se les acabó el mundo y nadie se enteró siquiera
ella lamenta que mi alcoholismo no me permita acercarme a jehová
pero yo le garantizo que si jehová estuviera tan jodido como yo,
también recurriría a la botella para consolarse
cada vez que rebequita viene sucede la misma cosa
ella se empeña en tratar de hacerme tragar sus putas creencias
y yo le sigo el juego porque me excita imaginar que mi verga
está en su boca mientras ella me predica sus pendejadas
y cuando se va me masturbo
y luego llega mi compadre bulmaro y él y yo nos ponemos
a tomar como puercos hasta la madrugada
así fue hasta hace un par de semanas
un sábado de cielo luminoso y sol radiante
los pajaritos cantaban posados en las ramas de los árboles del parque
los niños de corta edad violaban a sus niñeras detrás de los árboles del parque
aquel hermoso día rebequita llegó a la hora de costumbre,
pero esta vez encontró la puerta entornada y entró sin llamar
quisiera decir que vestía una pequeña falda y que debajo de la falda no llevaba bragas
pero la verdad es que vestía una de esas largas faldas aleluyas antiorgásmicas
quisiera decir que llevaba su hermosa boquita de labios respingados
(esa boquita que cualquier puta mamadora de verga envidiaría tener)
pintada de un intenso tono rojo carmín
pero la llevaba sin pintar
-en fin, esto no viene al caso y sólo lo consigno por rellenar renglones-
lo que importa es que la cabrona entró en el cuarto justo cuando yo
me hallaba metiéndole la verga a mi muñeca inflable
"oh, disculpe usted, señor poeta getulio, no era mi intención interrumpir"
le dije que no interrumpía nada, que por favor tomara asiento
mientras yo daba por concluido mi asunto
y seguí dándole matraca a mi puta muñeca
y rebequita se sentó en la silla frente al sillón con aquellos fantásticos labios suyos
fuertemente apretados, y los brazos sobre el pecho sujetando un buen montón
de las putas revistas atalayas que solía repartir de casa en casa
"oh, jehová, perdona a este hombre fornicador"
y yo con la verga a todo mecate sacudiendo a mi muñeca
"oh, jehová, ilumina a este pobre espíritu sumido en la oscuridad"
y yo a lo mío
"oh, jehová, infunde tu fuerza divina en mi alma para ayudarme a vencer
la tentación maligna de la carne que ahora pugna por invadirme"
pero yo creo que la fuerza de jehová no tenía la suficiente potencia,
porque de la boca de rebequita empezó a escurrir un hilillo de baba
yo creo que el maligno se metió en sus carnes y comenzó a perturbarla,
porque la chica dejó en el piso las revistas atalaya, y se agachó
y cogió el borde de su falda aleluya y se la arremangó hasta la cintura,
y luego se apartó las bragas y comenzó a frotarse el epicentro del pecado
"oh, jehová, perdona a esta puerca masturbadora"
y sus ojos azules brillaban como dos estrellas en una noche de abril
(esto no es cierto, pero tengo que escribir algo poético de vez en cuando, ¿no?)
y mientras rebequita se estaba masturbando despatarrada en la silla,
apareció en la puerta de mi casa el hijo de puta de mi compadre bulmaro
borracho, para no variar
y vio a rebequita con las piernas abiertas y aquel apetitoso coño suyo
sumido en el más desenfrenado arrebato de lujuria
y me vio a mí culeando con mi muñeca
y entonces al hijo de puta no se le ocurrió otra cosa
más que sacarse la verga para no desentonar con la situación
luego colocó su botellota de tequila en el piso y se acercó a rebequita
"oh, jehová, perdona a esta puta mamadora de verga"
y rebequita abrió su boquita de labios respingones y se tragó
los 30 centímetros enteros de carne satánica del bulmaro
"oh, grrreovrrrah, prrrdddona..."
no se le entendía nada a rebequita mientras ella intentaba
pedir perdón a jehová teniendo aquella vergota diabólica incrustada
hasta lo más profundo del gaznate
y sin dejar de masajearse el clítoris, claro
mientras tanto yo eyaculaba por fin dentro de las plastificadas entrañas de mi muñeca,
y luego me levanté y fui por la botella de bulmaro y me chingué un buen trago
para que se me volviera a parar la verga cuanto antes
"oh, grrrrreovrrrrah..."
¿por qué no esperaba rebequita a que bulmaro le sacara
su tremebundo mazacuate de la garganta para pedirle perdón a jehová?
misterios bíblicos insondables
el efecto afrodisiaco del tequila no tardó mucho en ponérmela dura otra vez
y me acerqué a bulmaro por detrás con la idea de darle por el culo
pero el hijo de puta pegó un brinco y se fue a sentar al sillón dejando
a rebequita con la boca abierta inundada de lascivia
"oh, jehová, perdóname por no haberme hartado aún de tragar verga"
ella se levantó de la silla y se dio la vuelta y se puso a gatas
delante de bulmaro y volvió a meterse entre sus respingados labios
los cinco kilos de verga que sobresalían entre las ingles de aquel desnaturalizado
a gatas y con aquella horrible falda aleluya subida hasta el culo
y yo detrás de ella con una erección bíblica
es más fácil que un rico pueda entrar en el reino de los cielos,
a que un borracho le meta la verga en el culo a una testícula de jehová
san marcos 6: 66
será el sereno
pero rebequita nomás exhaló un gemido cuando yo me acerqué a ella
y procedí a embutirle la cabezona hasta lo más profundo de sus recintos anales
y luego me puse a darle una culeadota como las que seguramente les daban
los barbudos patriarcas del sinahí a todas aquellas putas vírgenes del desierto
que deambulaban por el mundo allá por la época de sodoma y gomorra
"oh, grrrrrreovrrah, perdona a esta puta sierva tuya por haber terminado
aflojando el culo sin oponer siquiera un mínimo de resistencia"
¿qué más quieren que les cuente?
rebequita ya no reparte revistas atalaya por la calle, ni los sábados ni cualquier otro día
el hijo de puta de mi compadre bulmaro se la llevó a vivir con él
y ya van a cumplir dos semanas que no salen de su cuarto
pero hoy es sábado otra vez
el sol brilla en lo alto de un hermoso cielo azul y en una hora más
la hermosa adrianita tocará a mi puerta
ella tiene 17 y viste unas horrorosas faldas como carpas de circo
viene a decirme que jehová me ama con toda su bondad celestial
y yo ya empiezo a creer que es verdad
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