SARCOLANGE

el hombre pasmado

 

Padre, perdónalos

porque no saben los que hacen.

 

Jesucristo

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Padre, no los perdones

mejor perdóname a mí.

Sarco
 

los hechos:
padre
madre
hermana
poetita
calavera

en el comedor
la mesa -desolada-
artefacto que perdió su esencia milenaria
pues ha estado treinta años sin sus comensales
[los comensales comen en las porquerizas]

en la casa de al lado
la mamá, que se llama sonia,  llama a su familia a almorzar
tocando una campanita que se encuentra en la terraza
hay macetas con flores rojas y amarillas
un aspersor de agua riega el hermoso césped
parecen todos felices
y son rubios

pero en la casa de este poema
cuando hay hambre
se pone a llover
comienza a correr viento
y todos
corren asustados

(en las casas malditas
no hay sonrisas
hay eclipses
hay crímenes
hay epidemias
pero david me dice
que va a ir conmigo
a cazar a moby dick
y yo le creo)

el padre
que llora
escupiendo carozos de aceitunas a la chimenea
¡váyanse todos a la mierda! -grita todo el día el caballero
la madre que reza su rosario sentada frente a él
y cierra sus ojos mientras
recuerda cómo le gustaba
que le chuparan el coño cuando era joven

la hermana
que es como
la hebra muerta
de un accidente que no acaba nunca de terminar

la calavera
en la mano ciega
del poetita de la familia
y que cada cinco segundos
insiste en mover ferozmente los ojos hacia arriba
como un estúpido tic nervioso
heredado de los manoseos
que le hacían los profesores
cuando tenía nueve años

la casa, la hermana, el padre, la madre, la calavera, el poetita,
la tragedia humana, la fauna,  la malaria, la lepra detrás de las orejas,
el barrio, la condena, alejandra, los gatos depresivos,
la abuela muerta de diabetes, la tía que se volvió loca una mañana,
las amigas, roberto bolaño , LA CASA HIJA DE PUTA
PROTAGONISTA INMISERICORDE DEL ASESINATO
DEL ÚNICO HOMBRE REAL DE LA FAMILIA
QUE SE VIO OBLIGADO A VAGAR POR TRIBUNALES
MIENTRAS LOS FANTASMAS IBAN CRECIENDO
EN LOS BOLSILLOS DE SU ATORMENTADO DELIRAR

la pausa
la sumisión
la poetisa

el whisky su agua bendita

los otros hechos:
el padre yace en una silla de ruedas, inmóvil
víctima de innumerables accidentes vasculares
la madre cada día se sienta a su lado
y le sirve la comida y le limpia las lágrimas
la hermana estudió psicología
y tiene tantas cachetadas en el cuerpo
que ya casi parece un diario de vida
a punto de ser arrojado a la basura

y el poetita y su calavera
acuclillados debajo de un pino de ocho metros
con ojos horrorosos, el miedo en sus retinas
viendo cómo a tres centímetros de ellos
un perro enajenado, furioso, café oscuro
erizado como la muerte súbita en un día nublado
un perro de aquellos que escupen ladridos que  más parecen llagas
les vomita su rabia encima
como si estuviesen inmersos
eternamente y sin pausa alguna
adentro de la crueldad
que habita en un ataque de epilepsia