Anoche, en un
callejón,
me encontré con mi
otro yo.
Tuve frente a
frente
esa parte de mí que
un día se fue.
¿Dónde vas?
- Le dije,
y él, sin pensarlo,
respondió:
"Ando buscando
un lugar
donde los niños
siempre sean niños,
con su júbilo y
candor inmutable;
los hombres,
hombres correctos
que sepan ser
personas al fin y al cabo,
y los viejos,
eternos.
Camino en sendas de
esperanza y utopía
donde el tiempo no
devora ni llueve melancolía.
Allá donde el
oxígeno sólo sirva para respirar,
sin pagarle el
tributo que nos quema.
Busco un sitio
donde se es existiendo,
no con la boca que
inventa
ni con ojos que ven
más de lo que pueden.
Me fui buscando un
lugar donde mi mitad
no seas tú, si no
otra persona".
Antonio, que buena entrada, este poema es precioso, gracias por estar aquí con todos nosotros, en esta tu casa. Bienvenido. Abrazos y besos.
ResponderEliminarGracias a todos vosotros por abrirme las puertas de vuestra casa. Besicos!
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