morir no es una cosa tan jodida

en la madrugada salí al patio a mear
un grillo cantaba debajo de una piedra, había una media luna
colgando por encima del tejado
tiré las aguas, me guardé el pájaro en la jaula
di media vuelta para desandar mis pasos
y justo en esas se me apareció el ángel exterminador:
qué tal, villa, ¿qué cuentas?
nada, brother, aquí nomás meando
he venido a llevarte, cabrón, tu hora ha llegado
¿así nada más, sin ningún puto aviso ni nada?
así nada más, villa; estas cosas se hacen en caliente
no puede ser, cabrón, necesito más tiempo
¿tiempo? ¿tiempo para qué, mi pendejito?
no sé, ¿terminar mis poemas...?
tus poemas son una puta mierda, villa
¿decirle adiós a mi mujer, a mis hijos...?
tu mujer hace 5 años que ni siquiera la ves
y tus hijos ya ni se acuerdan de ti, pendejo
¿echarme un último trago con mis amigos...?
el único amigo que te quedaba era el loco del pueblo, villa
y lo mató un camión hace más de seis meses
¿eyacular aunque fuese una vez más...?
ah, bueno, si sólo se trata de eso
dijo el ángel y se arrodilló frente a mí

el puto grillo siguió cantando en medio de la negra noche