miércoles, 25 de noviembre de 2015

fantasías desorbitadas de un onanista envejecido y crápula


lo último que me ha dado por hacer
en estas noches donde corre un vientecito frío
es masturbarme viendo coños depilados de mujeres negras
en shows privados que me cuestan 12 dólares
por 15 minutos de tener a mi disposición
a desfachatadas nenas que en georgia o alabama
kentucky o louisiana, delante de una webcam,
a solas en su cuarto de alquiler probablemente a las afueras
de algún triste villorrio de aburrido entorno
se soban las tetas y se introducen los dedos
en aquellos tenebrosos orificios de su profunda carne
mientras gesticulan como si la vista del puto vejestorio
gordo y borracho que aparece en su pantalla masturbándose
las hubiera puesto más calientes que una perra bramuda y
llevado por tanto a sentir la urgente necesidad de
también ellas rendirse a la práctica del onanismo
desde luego no soy tan pendejo
como para creer que su burdo y sobreactuado ardor
sea más que un simple recurso para hacerme eyacular
a la mayor brevedad posible para así quitarse de encima
la pena de tener que contemplarme
y que cuando me dicen con la más voluptuosa de las voces
"oh i´m so fucking horny looking at your masturbation, villa!"
sea realmente cierto que se estén mojando como puercas o
una cosa ni remotamente parecida
no es raro, cuando todo acaba
y el semen escurre ya en forma de opaco filamento
desde mi estómago bajando hasta terminar en el colchón
-y britny o germaine o precious allá en las orillas del misisipi
se estarán quizas ya limpiando el coño para dar otro show-
no es raro, digo, que me ponga a pensar
qué puto caso tiene gastarse 12 pinches dólares
en ver el agujero de una tipa que ni siquiera conozco
-que no sé dónde vive ni si a lo mejor es lesbiana
o le gusta coger con perros o está puesta hasta el culo
de caballo y quizás lleve ya una semana sin bañarse-
y masturbarme frente a ella excitado por la ingenua presunción
de que mi solitario y patético ejercicio de autogratificación erótica
está levantando en la profundidad de las entrañas de una adolescente negra
una incontenible oleada de lujuria que,
a juzgar por la rabiosa intensidad con que parece estimularse el clítoris
con la punta vibrante de un consolador con forma de verga,
-pero no me extrañaría nada que lo tuviera apagado-
no le ha dejado más opción que masturbarse en sintonía conmigo;
¿no sería preferible ahorrar el equivalente a dos privados
y pagarle a una puta de carne y hueso para que viniera a mi cuarto y
me removiera la obstrucción de las putas cañerías?

"oh, my god, villa: looking at you is like looking at justin bieber!"



1 comentario:

  1. Menudo gasto villa, pero si lo pasas bien vale la pena, y si encima te sube la autoestima y te crees un Justin bieber jajajjaja

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