los poetas noruegos no necesitan prostituirse para sobrevivir

el ventilador dejó de funcionar
lo llevé a reparar y el técnico me dijo
que arreglarlo resulta más caro que
comprar otro
pregunté precios en "el rey del aire":
el ventilador más barato sale en 400 pesos
-de plástico, tres velocidades, tienes que ponértelo
practicamente pegado a los huevos para sentir el aire-
de todos modos no puedo comprarlo
el viernes debo pagar el alquiler del cuarto y todavía
me falta la mitad para cubrirlo
¿de dónde voy a sacar el puto dinero?
volví con el ventilador descompuesto
y me tiré en la cama para evaluar mis opciones
el sudor resbalaba por mi cara y mojaba la sábana
-lo malo de vivir junto al mar
es que ni aun estando ya mediado el otoño
deja de hacer un puto calor de la chingada-
en realidad no tenía demasiadas opciones:
una de ellas era empeñar la compu
la segunda era esperar que mi hermana en california
-que me manda 200 dólares mensuales por western junior-
se apiadara de mí por enésima vez y me tranfiriese
una cantidad extra para ayudarme a salir del brete
la tercera opción era la playa de los maricones junto al muelle:
basta con merodear entre la multitud de vejetes
que toman el sol tumbados sobre sus sillas playeras
y pegar la hebra con alguno en el entendido que
cuando te proponga subir a su cuarto de hotel para "estar más cómodos"
tienes que ir mentalizado para tragarte cualquier cosa;
"¿qué clase de puto país de mierda -pensé-
es aquel donde uno de sus mejores poetas románticos
tiene que verse reducido a chuparle la verga
a un vejestorio gringo jubilado para poder reunir
los pinches 700 pesos del alquiler de la pocilga donde vive?"
y mientras el sudor me brotaba a chorros
por sobacos, entrepierna, cuero cabelludo y
occipucio, seguí pensando:
"en los países nórdicos basta con que publiques
un miserable librito con 20 poemas de mierda
para que el ministerio de cultura te otorgue en el acto
un subsidio de 2000 dólares mensuales que te ahorrará
desperdiciar tus energías poéticas buscando la manera de
sobrevivir:
¿por qué no se les habrá ocurrido a mis padres
emigrar a noruega antes de ponerse a darle al asunto?"
habiendo alcanzado este punto en mis divagaciones
mi celular emitió un pitido de "tienes un mensaje nuevo en
el juatsap"
(era mi hermana, reportándose desde su loft
de mission bay en san francisco)
"te deposité 300 dólares -escribía-
¿pero no crees que ya va siendo hora
de que empieces a buscarte un puto trabajo?"
"estoy por terminar mi libro de poemas -escribí-
:en unas condiciones tan críticas como estas
no puedo desviar el menor átomo de mi energía creativa
hacia campos ajenos a mi labor artística"
"llevas más de tres putos años -respondió ella-
poniendo como pretexto para tu dolce far niente
ese puto libro de poemas que nunca acaba de estar listo"
"muchos besos y abrazos -escribí-
sabes que te quiero mucho"
y a continuación fui y desconecté el puto teléfono:
si ya me había depositado el dinero
¿qué necesidad había entonces de que aquella víbora entrometida
tuviera el atrevimiento de ponerse a insinuar
que mi carrera poética quizás no era
más que una especie de pantalla para cubrir el hecho
de que en realidad me pasaba los 365 días del año sin dar
ni puto golpe?
"¿qué puede saber una insípida housewife de mierda -medité-
acerca de los recónditos misterios del quehacer poético?"
más tarde fui al banco y cambié los dólares por pesos:
de pronto me vi con una buena cantidad de billetes entre manos,
más que suficiente para pagar el alquiler
comprar un ventilador y el sábado por la noche
irme a chupar y a bailar con las putitas del "kumbala"

ya tendré tiempo de sobra allá en el infierno
para dedicarme a escribir toda la maldita poesía que haga falta