aquellas maravillosas fulanas alcohólicas

no hace mucho que cerraron el viejo congal
que estaba a las afueras del pueblo

allí fue donde me comí las primeras roscas

allí fue también donde por primera vez
se me infestaron los huevos de liendres

¿cuál será el motivo de que lo hayan cerrado?

¿será que los putañeros somos una especie en extinción?

¿será que desde el descubrimiento del orgasmo femenino
las tipas ahora ponen menos trabas a la hora
de abrirse de piernas y aflojar el culo?

¿acaso los hombres cada día nos volvemos más putos?

otro negocio que cerraron hace poco es la puta iglesia
-tenía rato que las últimas vejestorias beatas
habían ya estirado la pata,
y cada vez menos gente estaba dispuesta a tragarse
aquellos soporíferos y anacrónicos sermones
sobre la ira de dios y otras pendejadas parecidas
que lanzaba el viejo padrecito esteban desde el apolillado
púlpito del siglo xviii de la venerable casa del señor-

a mí, desde luego, me chupa un huevo
que en el pueblo ya no haya ni burdel ni iglesia

a esta dejé de ir desde que, siendo un niño
el padrecito esteban se encerraba conmigo en la sacristía
y me daba a beber vaso tras vaso de vino de consagrar
hasta que, borracho, al fin lograba convencerme
de que le sobara sus grasosos huevos y le sacudiera el pito
(supongo que también me habrá hecho tomar directa de la fuente
la "leche de cristo", pero al parecer
he logrado reprimir este recuerdo por completo)

al congal hace mucho que tampoco me asomaba

a mi edad, el sexo ya no es una cosa que te quite el sueño,
y las viejas y cariñosas amigas que tenía en ese lugar
al final se acabaron poniendo todas muy jodidas,
-perdieron los dientes, engordaron, se les colapsaron
sus maravillosas tetas-
y empezaron luego a desfilar camino al agujero

ahora estarán quizás puteando al otro lado
de la vía láctea

o chupándole la verga a satanás en el infierno