recapitulación

lo curioso del caso es que ahora
-así de viejo como estoy, así de jodido-
si por alguna oscura y misteriosa razón cuántica
las mujeres que amé en el pasado volvieran a cruzar
por mi camino y fueran otra vez
no las viejas amargadas que son ahora sino
las que fueron entonces, cuando me enamoré de ellas
y tuvieran el aspecto de antes, el cuerpo de antes
y aquella risa y la certeza de su futura felicidad
-que no fue felicidad, al cabo, no fue más que vana ilusión-

si por alguna razón oscura y misteriosa
me fuese dado volver a tenerlas frente a mí
-tan bellas como en su mejor versión pasada, intactas aún
del desencanto y la derrota y el plomo
de los tantos años venideros-
estoy seguro sin embargo de que no sería
amor o deseo o algún otro sentimiento relacionado
con la intensa pasión que en su día me provocaron
lo que ahora sentiría al verlas, lo que su presencia
despertaría en el lúgubre fondo de mi alma
no sería ganas de tocarlas, ni urgencia de besarlas
ni aquella feroz ansiedad por hacerlas mías que en su momento
llegó a nublar todo cuanto me rodeaba excepto la idea
de meter la verga hasta el fondo del hueco que intuía abierto y húmedo
en el justo centro de su entrepierna;

ahora más bien me reiría, tanto de ellas como de mí mismo
me burlaría de sus torpes intentos por parecer sensuales
arrancaría las pulseras de brillantitos de vidrio de sus brazos
los falsos collares; mojaría en saliva uno de mis dedos
y lo pasaría por encima de sus pintarrajeadas caras
les escupiría con desprecio, las empujaría hasta hacerlas caer
de culo en el suelo y quizás incluso les diera unas patadas
les gritaría "lárguense de aquí, estúpidas, llévense sus jetas
a donde no pueda verlas nunca más"
y luego me pondría a llorar sin control durante horas
y pensaría en cómo pude ser tan idiota, cómo pude
tragarme el cuento del amor y todas esas pendejadas

tantas veces en el lapso de una vida