la práctica deshace al maestro

fui el alumno que mejores notas obtuvo
de entre más de 50 estudiantes
en la presentación del examen final del curso
de 18 meses de duración
orientado a dominar los fundamentos teóricos
y aspectos técnicos elementales
del arte de volar a cuerpo limpio
(sin recurrir a incómodos y voluminosos artilugios tales como
alerones, hélices autopropulsadas, sexo con caballos etc)
curso que se imparte ya desde hace 30 años
en la academia nacional de artes aeronáuticas y
del espacio (el día de la clausura
me dieron incluso una medalla y un diploma
en letras de oro firmado por el director
donde decía que en todos los años desde su fundación
la academia nunca había tenido
un alumno más dotado para estos menesteres
aeroespaciales, que yo)

¿por qué entonces cuando fui a tirarme
de la cornisa afuera de mi apartamento
nada de lo aprendido me sirvió para impedir
precipitarme en picado y recorrer
en menos de 5 segundos la distancia
entre el punto de despegue en cuestión y las duras losas
del pavimento 3 pisos más abajo
y terminar con el 80 % de los huesos hechos mierda
(y una gran abolladura justo en medio
de mi crónica tendencia a tragarme sin reparos
todo lo que dice la publicidad)?