miércoles, 13 de mayo de 2015

definición de poeta


poeta: dícese de aquel desnaturalizado sujeto
proclive a obtener un desusado grado de placer sensual
jodiéndole la vida a sus semejantes al dar por sentado
que a alguien más fuera del reducido grupo
de sus allegados más cercanos
-y estos lo hacen sólo por seguirle el juego-
le interesa u otorga algún valor al hecho de escuchar
la serie de estupideces que de vez en cuando
el susodicho individuo suele poner por escrito
utilizando cierto formato basado
en acomodar palabras según el número de sílabas
que las constituyen así como atendiendo a
la semejanza fonética de las mismas,
aun cuando la mayoría de las veces, sin embargo
el producto final de su cuidadosa labor arquitectónica
-un engendro de incoherencia revestido
de una supuesta musicalidad o ritmo-
probablemente carezca de significado alguno;

la perturbación psíquica de estos seres
puede llegar incluso a tales extremos 
que ellos no se contenten ya con simplemente exponer 
sus excrecencias literarias a la atención de su madre
sus hermanos, el repartidor de gas, la viuda octogenaria de
la casa de al lado, su propio perro que
a cambio de un puto hueso es capaz de escucharles
sin pestañear la recitación de hasta 20 versos seguidos,
sino que los precipite a buscar compulsivamente
la forma de ampliar el radio de sus potenciales víctimas
mediante la publicación de sus poemas en el mayor número posible
de foros de internet que encuentren y eventualmente
la impresión de los mismos en forma de librito
para su posterior distribución y venta al público
vía los canales ordinarios y visitas casa por casa,
así como la propagación oral de los dichosos poemas
-oh denodadas y ebúrneas cariátides
insufladas de plúmbeas promesas pulsátiles-
a través de recitales a cargo del propio poeta
en bares, plazas, talleres poéticos, asilos etc
y lecturas improvisadas en los transportes públicos
a las horas de mayor aglomeración y tomando como rehenes
a los pobres pasajeros que ni modo de bajarse del puto camión
y perder el dinero del boleto sólo porque un hijo de la chingada
se paró de pronto en medio del pasillo y se puso a decir que
"mi alma atormentada llueve en desfiladeros de impotencia"
y otra sarta de mamonadas por el estilo;

no se sabe todavía con certeza
a qué clase de disfunción mental atribuir
la tenebrosa predisposición al odio y rencor eternos
que suelen mostrar estos especímenes cada vez que 
la supuesta genialidad de sus pedorros e incomprensibles poemas 
es puesta en entredicho por algún oyente o lector desprevenido,
como si aquellos en verdad creyeran
que el hecho de haber leído el principito en la primaria y
el conde de montecristo en la secundaria
ser desgraciado en amores, no dar nunca golpe
llevar coleta, gastar barbita de tres días,
y vivir todavía con la madre a los 40 o de arrimados con algún pariente
gorroneándole todo el alcohol que pueden y tal vez incluso
a la misma mujer si la ocasión llega a darse;
es como si creyeran, decíamos
que llevar la vida inútil de un poeta y tener su aspecto
bastase para convertir automaticamente
a cualquier pendejo con cierto nivel de alfabetización
en un poeta como machado, bukoski o aunque fuese josé villa,
y supusieran además que una vez impostados como uno de ellos
todo cuanto salga de su pluma será por tanto una cosa de puta madre
como si la poesía consistiera en una materia parecida a la carpintería
y escribir un poema fuese igual que construir una silla o una mesa
o un puto mueble con cajones para guardar la ropa
y pudiera hacerse siguiendo cierto número de instrucciones;

alguno habrá que, llegado a cierta edad
cansado ya de saquear los ahorros de la madre
para sufragarse las putas, el alcohol y las juergas sin sentido;
cansado de los abucheos al final de cada recital,
las burlas, el desprecio, la burda ironía con que
sus propios parientes le fustigan cada domingo de
reunión familiar en la casa de la abuela
-¿y qué opina "el poeta" acerca de la crisis en ucrania?-
cansado de la gélida imperturbabilidad que los usuarios
de metro y tranvía y autobuses en general
-nunca un guiño, una sonrisa; nunca siquiera fuese
un grito de ¡vete a la mierda, jodido poeta maricón!-
manifiestan hacia su presencia cada vez que él avanza
entre la masa de cuerpos sudorosos apretujados en algún pasillo
y se lanza a declamar aquello de mi alma atormentada 
llueve en funestos y atroces desfiladeros de impotencia;
cansado, cómo no, de años de limpiarse el culo
con las hojas de los ejemplares que no se vendieron
de sus hasta ahora 19 poemarios ya publicados:
y decepcionado, más aun que cansado, de vivir
en un mundo donde ser poeta por lo que parece
sólo alcanza su pleno sentido si uno se suicida,
alguno de ellos, de pronto, decide echar toda la carne al asador
y cualquier madrugada se amarra la soga al cuello y
se ahorca para poder así por fin graduarse
de poeta con honores, aunque no habrá de quedarle otra
que recibirlos con la lengua de fuera, la cara de un tono morado
y los pantalones bien cagados

la mayor parte de ellos, sin embargo
se resignan a su suerte y sobreviven dando tumbos
hasta su extinción natural por cirrosis o anemia crónica,
sin nunca dejar sino hasta ya exhalado el último suspiro
de considerarse hijos amados de las musas, genios incomprendidos
y que "algún día después de muerto la historia me pondrá
en el encumbrado sitio que en vida me negó
la soberbia, la envidia y el odio de mis contemporáneos"

¿no conoces tú de casualidad a alguno de estos?




3 comentarios:

  1. ¿Entonces mi sobrino de más de treinta no es un puto huevón mantenido que apenas sabe medio escribir su nombre y alguno que otro verso? Mi cuñada se va a poner contentísima. De puro gusto le comprará ella misma la botella de vino que le había prometido si encontraba trabajo.

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  2. Villita eres mi poeta mexicano preferido. Besito.

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  3. cuanta magia se puede tener cuando se escribe bien!!!!!!!! y las palabras bailan
    la musica del placer

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