viernes, 6 de marzo de 2015

UNO NORTE



veo perdones
rondando entumecidos
por todos lados

también
la luna llena

de ti
en el respaldo
de un poema
que adora ser feliz blindaje

veo charcos dibujados
con tiza
y enciclopedias de una sola página
arrancada
y fue muy rápido
para entenderlo

pero perdones
veo más

perdones engalanados con alfombras
vociferando nombres desde los tejados
en esos días abriles
donde quieres dejar de ser canción
en el cantante

perdones azulados y calipsos
muertos de sangre
comprendiendo en silencio
la rabia del sol

veo perdones
y tu lapislázuli sagrado
yo lo veo

perdones con los cabellos
completamente descabellados
orientados hacia el sur de nuestro pan
       mayores de edad
       culpables
       mayores de edad en la inocencia
       con la digna sepultura
       de los que lograron reír sin carcajada

caminantes eternos
vírgenes

somnolientos

cuento de hadas
rascándose en el bostezo
del niño que no puede dormir

y perdones

perdones exagerando el deseo de volverte a subir
como los gatos

te veo perdón y maleta
en el lagrimal del ojo ciego

la voluntad ensimismada
en la cocina

perdones como castigos
en el fuego
de quemarse para florecer

y un volvamos a pintar el sueño errante de la corrupción

perdones decolorados
como muelas
como alfileres
analizando la histeria y la marca del hombre,

        por el beso del psiquiatra
        por los muebles en la boca impresionada
       
        por tanto desastre sin invitación

       y por la alquimia gitana
       de darse cuenta
       que los dolores más fuertes
       se llevan en secreto/ eso te aprendí
      
       pero esa tarde yo no estaba en el salón
       me había quedado afuera
       limpiando las manchas de las paredes
       y claro que me importaba
       era la charla final del seminario
       pero los vidrios estaban empañados
       desde adentro
       entonces fue ahí cuando cogí el teléfono
       porque no me gusta morir tan a menudo
       lo cogí y recuerdo sudaba mares y postales de humo
       hablé lo que un hombre debe de hablar
       cuando del otro lado
       sólo ves una imagen blanca
       inaudita
       terriblemente grande y pequeñita
       y son dos idiomas/ maldita armadura de papel
       dos dialectos dos mundos extraños
       dos personas distintas
      
hay alianzas
que yo no las podré entender
nunca/ que la vigilia dejó de ser una puta sabia
cuando se apagaron los televisores
y nadie puede armar una semana
en dos días
sin perder un poco de hambre/ de control
y claridad/ la infiel jugada de pie
y el roce que te toca
y pensaste fue casual/ el pájaro herido
odiando volar
en su apareo

ni beber
del labio que se muerde
así como si nada

decir mujer en el fondo del relámpago

perdones

perdones en la noche fundamental
del sanatorio

por vivir
por entrar
por soledad
por el álgebra y el garabato

por esa flor
atropellada en las manos de cantar

veo perdones y veo sombreros y peces y te veo
hablándole bonito
a los sueños que te aterrizan
en una suavidad
ovacionada en el aplauso
y el secuestro
  
   perdones mi perdón

   admirando la violencia acuchillada
   con que se escondieron casi todas las lágrimas
   en esa bodega de campo
   donde me duermo los siglos
   para despertar



yo ya no quiero presenciar nunca más perdones en la vida/ porque perdonar e ir perdonados
son el mismo árbol que dejó ya de ser árbol
para transformarse en bofetada
y comunión

yo quiero terminar las manos y dejarlas enterradas bajo la parra/ cavar una visión de dorados patrimonios/ frente a frente de una taza de café
los ojos saltones y ojerosos

qué escribiste anoche?
lo escribí todo, contestarías

y si lo escribí fue para olvidar

saltar de un muro a otro/ masturbando el cuerpo por atravesarme de cóndores y campanarios
yo quiero fumar marihuana mientras te reúno piedras para que las lances
ebria de paz

y nunca más te mortifiques
ni arriba ni abajo
ni adentro ni afuera
ni en la guerrilla ni en el guerrillero

empedernidos acróbatas de un país en dictadura
quiero

también realzar el sexo y su apellido/ rasurar la gota que transcurre en la mejilla/ quiero,

ser adicto a la nueva moda de respirar normal
devastar la tos como conjuro
y por las noches
taparme con una manta de estrellas
en aquel sofá donde mi padre
un día soñó con irse a descansar,

quiero






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